Washington. - El presidente George W. Bush afirmó, luego de reunirse con el premier británico Tony Blair, que Estados Unidos se opondrá a cualquier intento por demorar una decisión en torno a Irak, insistiendo en decidir el desarme de ese país "en cuestión de semanas, no meses". Aunque Bush agregó que una nueva resolución sobre Irak de la ONU sería "bienvenida aunque no necesaria", en una concesión a su invitado, quien poco antes había defendido ante la prensa la necesidad de un segundo dictamen del Consejo de Seguridad antes de desatar una guerra contra Saddam Hussein.
Bush y su mayor aliado conversaron sobre la situación de Irak, en cuyos alrededores ambos países han concentrado una enorme fuerza militar, con el objetivo de establecer una fecha límite para que Bagdad se desarme o sufra las consecuencias.
Bush, quien dijo que el presidente iraquí, Saddam Hussein, sólo tenía semanas para impedir una guerra, dijo que una nueva resolución de las Naciones Unidas "sería bienvenida", aunque no era necesaria. "La 1.441 (resolución que ordenó las actuales inspecciones en Irak) nos da autoridad de movernos sin una segunda resolución. Esto necesita resolverse rápidamente. En caso de que las Naciones Unidas decidan aprobar una segunda resolución, sería bienvenida si es otra nueva señal de que insistimos en desarmar a Saddam Hussein", dijo Bush en una conferencia de prensa conjunta con Blair al término de sus conversaciones.
"Saddam Hussein no se está desarmando. El es un peligro para el mundo. Debe desarmarse y es por eso que constantemente digo que este tema llegará a una definición en cuestión de semanas, no meses", dijo Bush. "Cualquier intento por llevar este proceso a meses será resistido por Estados Unidos", advirtió en una directa alusión a quienes impulsan dar varios meses más a los inspectores que se hallan en Irak.
Mientras decenas de miles de soldados estadounidenses se agrupan en la región del Golfo Pérsico, preparándose para estar listos entre mediados y finales de febrero, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dijo que Bush hará todos los esfuerzos posibles por alcanzar una solución pacífica. "Pero sé también que no dejaremos de hacer lo que es necesario cuando el deber llama. Las fuerzas armadas de Estados Unidos están listas y no estarán solas", expresó Powell ante el Consejo de Asuntos Mundiales.
La guerra durará de marzo a junio
En un encuesta global elaborada por Reuters entre expertos de defensa, casi todos los entrevistados pronosticaron una invasión a Irak antes de marzo. La alta moral del ejército, la política nacional y el calor del verano iraquí son argumentos a favor de que unos 200.000 soldados, fundamentalmente estadounidenses y británicos que están siendo emplazados en el Golfo Pérsico, entren en acción más temprano que tarde. a mayoría de los analistas cree que todo acabará antes de julio.
Mientras, en medio de toda su retórica desafiante, el gobierno iraquí dijo no creer que Bush -a quien el periódico del partido Baath de Hussein llamó "superidiota"- está amenazando en vano.
Irak invitó a los jefes de los expertos de armas de la ONU a Bagdad para sostener conversaciones sobre una mayor cooperación, pero las autoridades iraquíes no se mostraron inclinadas a hacer concesiones.
Un informe de los inspectores al Consejo de Seguridad el 14 de febrero podría ser un momento decisivo. "Después del 14, veremos una mayor escalada de la guerra de palabras y en términos de preparación", opinó Magnus Ranstorp de la Universidad de St Andrew's en Escocia.
Mientras los inspectores de Naciones Unidas estén en Irak -y miembros claves del Consejo de Seguridad como Francia y Rusia quieren que permanezcan allí- Bagdad sabe que está a salvo de bombas estadounidenses.
Los inspectores están listos para continuar trabajando en ese país, pero Bush ha mostrado poca inclinación a dejar que eso suceda, alegando que Hussein simplemente está tomándole el pelo a la ONU.
Invitación a Bagdad
Mohamed El Baradei, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dijo que él y el jefe de inspectores de armas químicas y biológicas, Hans Blix, estudiarían la invitación a ir a Bagdad nuevamente antes del informe del 14 de febrero.
Sin embargo, condicionaron la posible visita a que el país árabe elimine sus objeciones a los vuelos espías de aviones U2 y haga más para que los inspectores puedan entrevistar a científicos iraquíes en privado. "Necesitamos asegurarnos, antes de ir, de que están dispuestos a avanzar en estos aspectos", dijo en Viena.
Sin embargo, el jefe de la Dirección Nacional de Supervisión de Irak, Hussam Mohammad Amin, mostró poco optimismo, repitiendo declaraciones anteriores sobre las entrevistas con los científicos iraquíes -quienes Bagdad afirma que no desean entrevistarse a solas con los expertos de la ONU- y sobre los vuelos de los aviones U2.
Incluso si los inspectores mantienen su opinión de que no hay violaciones flagrantes de las resoluciones de las Naciones Unidas, Bush ha dicho claramente que está listo para ir a la guerra sin más respaldo de la ONU.
Por su parte, Blair, quien parece ser el eslabón entre Estados Unidos y otras potencias como Francia, Rusia y Alemania, ha dejado en claro que prefiere más tiempo para garantizar una nueva resolución del Consejo de Seguridad que autorice explícitamente una guerra.
Bush enviará el miércoles al secretario de Estado Colin Powell a la ONU para persuadir a los escépticos de que las inspecciones, renovadas hace dos meses, simplemente no han logrado asegurar que Irak no tiene armas químicas, biológicas o nucleares 12 años después de que las fuerzas estadounidenses expulsaron a las tropas invasoras iraquíes de Kuwait. (Reuters)