¡Qué calor! La ciudad vivió ayer un nuevo récord de temperatura con 39.5 grados a las 17.20 y una sensación térmica de 46 grados. Y los rosarinos no sólo le escaparon al calor de las casas por la tarde, sino que ganaron los espacios verdes hasta la madrugada. Mesas plegables y cenas bien regadas con cerveza, reposeras y lonas extendidas sobre el césped, y cuerpos en cuero encremados de repelente formaron parte de la nueva geografía nocturna. Es que desde que empezó esta ola de calor, la gente ya hizo de los parques y las plazas una continuación de sus propias casas. Y si bien los pronósticos hablaban ayer de probables precipitaciones hacia la noche o la madrugada de hoy, al cierre de esta edición el cielo no daba tregua. Habrá que esperar a que se cumplan las predicciones del Servicio Meteorológico Nacional, que habla de "probabilidad de tormentas aisladas" para hoy, pero a no ilusionarse: el calorón sigue.
Ayer la ciudad volvió a ser inhabitable. Eran las 9 y el termómetro ya registraba más de 30 grados. De ahí en adelante el clima no dio respiro: 31.6 a las 10, 32.4 a las 11, 35.4 a las 12, 37 a las 13, 37.6 a las 14, 38.5 a las 15, 39 a las 16 y 39.5 pasadas las 17.
Con este escenario, la ciudad viene experimentando varios récords. Además del de temperatura y sensación térmica, lo tuvo anteayer en consumo de agua. La planta potabilizadora Rosario de Aguas Provinciales mandó más de 602 millones de litros a Rosario, Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, Funes y Villa Gobernador Gálvez. En Rosario esto significó un promedio de 538 litros por habitante, más del doble de los 250 diarios considerados internacionalmente como consumo óptimo. Con esta marca superó los 595.425 litros del miércoles, los 592.058 del martes y los 590.774 del lunes.
En cuanto a la electricidad, la cantidad de megavatios consumidos anteayer (1.140) se acercó sin superarlos a los 1.174 del 15 de marzo del año pasado. No sería de extrañar que ayer (los registros se conocerán el lunes) los haya pasado.
Lo que sí se supo es que a las 18.30 un corte de energía dejó fuera de servicio a la estación de bombeo que Aguas Provinciales tiene en Italia y Dorrego, con lo que quedaron sin agua parte del centro y el sur de Rosario, aparte e Villa Gobernador Gálvez.
Trasladando la casa
Así las cosas, a los rosarinos no les quedó otra que prolongar sus comedores, livings y hasta sus dormitorios en los parques, las plazas y la costa de la ciudad.
La ribera del Laguito del parque Independencia, la franja del parque Urquiza desde el anfiteatro hasta las Terrazas del Munich; el parque a la Bandera (sobre todo la zona ribereña aledaña a la Fluvial), el parque España (la explanada, no tanto la parte superior cuya iluminación es muy singular pero insuficiente) y la rambla Catalunya fueron los lugares más concurridos, tal cual lo corroboró La Capital en una recorrida por los espacios libres de la ciudad cuando promediaban las 22 y la gente iba cayendo como al baile.
Allí abundaron las reposeras, las heladeras portátiles, las mesitas desplegables, los bolsos, las lonas y los canastos.
"Vivimos en el centro y no tenemos aire acondicionado, si no venimos acá, mañana nos tienen que sacar en camilla", dijo Rubén (48 años) mientras miraba en Monumento a la Bandera desde el parque y demostraba no hacer mucho caso a las recomendaciones de comer liviano: el pan y el salamín eran la compañía elegida para el vermut. Silvia, su esposa (45) abundó: "Creo que nunca en mi vida sufrí tanto calor".
Cerca de ellos, Romina y Javier (20 los dos) miraban el cielo estrellado y prometían no despegar las espaldas del piso hasta que lloviera. El cielo no parecía llevarles el apunte.
Lo cierto es que la mayoría aseguraba que la noche daría para rato. Y era de esperar que así fuera, si se mantenía la misma tendencia de días pasados, en los que la gente se quedó en los parques hasta las dos e incluso las tres de la madrugada.
Curioso, a pesar del calorón, los amantes del aerobismo hicieron su salida nocturna, sobre todo en el parque Urquiza y en la zona ribereña norte, donde además se veía desde afuera mucho movimiento en los clubes de la costa.
La postal de la gente ganando la calle se repetía con fuerza en la rambla. "Debe ser el único lugar de la ciudad donde se puede estar", comentaron Esther (sin edad) y Carmen (62), desde sus reposeras. A esa altura, el estacionamiento de la rambla estaba repleto, así como muchos de los bares de la costa (incluidos los de Costa Alta).
El Servicio Meteorológico preveía ayer la posibilidad de algunos chaparrones para la noche o la madrugada de hoy. Y algunas tormentas aisladas durante esta jornada. Pero igualmente con mucho calor: una mínima de 24 grados y una máxima de 37.
La Ciudad
