Los primeros datos del Censo Nacional Agropecuario 2002 confirman los pronósticos más sombríos de los hombres de campo respecto de la drástica desaparición de explotaciones (cercana al 30%) en los últimos 14 años y una tendencia a la concentración expresada en el aumento de la superficie promedio de cada establecimiento. Si bien es prematuro comparar las cifras, puesto que falta procesar cerca de un 20% de la información, los anticipos difundidos por el Indec se consideran una tendencia firme en cuanto a la concentración. El Indec dio a conocer esta semana los primeros resultados del Censo Nacional Agropecuario 2002, que se inició en septiembre del año pasado y culminó recientemente el operativo a campo. De un total de 3.343 segmentos censales, se cubrieron 2.630 y quedan pendientes 713, aproximadamente un 20%. "Se están resolviendo principalmente las situaciones de explotaciones compuestas por varias parcelas o de productores residentes en áreas urbanas", señaló el Indec en un comunicado, en el cual aclaró que "de todas formas, se trata de situaciones marginales próximas a cumplimentarse". Al difundir los datos preliminares, el organismo aclaró que forman parte de "un adelanto del operativo total y, por lo tanto, no son comparables aún con los datos definitivos de censos nacionales anteriores". Aún con esa prevención, los dirigentes de las entidades agropecuarias ya comienzan a espantarse con las cifras. Es que si se deja de lado la advertencia del Indec y el interesado se aventura a comparar los datos disponibles, puede concluir que en 14 años durante buena parte de los cuales el sector duplicó la producción, unas 120 mil explotaciones quedaron en el camino y la superficie promedio se ubicó en 535 hectáreas frente a las 421 de 1988. "Pueden cambiar los números pero la tendencia ya no se modifica, la caída de explotaciones agropecuarias es una realidad", indicó una fuente del Indec. En cambio, la misma fuente relativizó el dato quizás más novedoso que surge de la comparación de los primeros resultados, con el censo del 88:la reducción de 15 millones de hectáreas e la superficie afectada a actividades agropecuarias. "Restan censar explotaciones que involucran grandes superficies por lo cual el resultado final va a arrojar seguramente un área igual o levemente superior a la relevada en el 88", aclaró "Más allá de las cifras finales, todo parece indicar que se cumple el objetivo planteado por un ex subsecretario de Agricultura a principios de los 90, de que iban a desparecer 200 mil productores, se está cumpliendo", señaló Ricardo Grether, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Para Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria Argentina, "lamentablemente esta situación la advertimos ya hace muchos años cuando dijimos que en Argentina desaparecía una productor cada ocho horas". "Esto es un cachetazo a muy fuerte a los comunicadores de los grandes grupos económicos que hablaban de las modalidades del modelo económico, está claro que el aumento de la producción y las exportaciones no sirvió para mantener y desarrollar la población del interior, vamos camino hacia un gran desierto verde lleno de soja pero sin gente", agregó. De acuerdo al adelanto difundido por el Indec, la cantidad de explotaciones agropecuarias en todo el país son 301.923, con una superficie agropecuaria total de 161.612.816 hectáreas. Un simple cálculo arroja una superficie promedio por explotación de 535 hectáreas., siempre a corregir con las cifras finales En el año 88, el área afectada a actividades agropecuarias en Argentina era de 177.437.398 hectáreas, distribuidas en 421.221 explotaciones, lo que arroja un promedio de 421 hectáreas. Mientras en la región pampeana la explotación promedio es de 522 hectáreas , en la Patagonia es de 3.620. "Los primeros datos son suficientes para encender la luz de alarma, es el sector agropecuario el que está soportando mediante crecientes transferencias al resto de la economía, merced a una revolución productiva y tecnológica que no termina de beneficiar al sector que la genera", señaló Grether, quien agregó que "en estos 14 años fuimos el pato de la boda, no en vano hay 12 millones de hectáreas hipotecadas". Un ejemplo de la transferencia constante de recursos del sector agropecuario es el mismo censo. Por falta de presupuesto, estuvo 14 años sin hacerse, lo cual privó a los productores y los diseñadores de políticas oficiales de acompañar con el análisis las profundas transformaciones que se dieron e la década del 90. En rigor, los datos completos que aporte este relevamiento serán de gran utilidad puesto que el cuestionario consta de veinte páginas en las que se van a sondear distintos aspectos productivos que abarcan no sólo la producción de los cultivos tradicionales como soja, trigo, girasol y maíz sino también la diversificación hacia otras actividades como las aromáticas, lombricultura, etcétera. La encuesta cuenta con una serie de preguntas, en las que se trata de dilucidar cuál es el modo de producción del sector agropecuario y que evolución ha tenido a lo largo de la última década. Si bien tiene cuestiones que apuntan a renovar los números de los stocks, ya sea de hacienda, de cultivos o de maquinaria agrícola también se trata de rastrear otras actividades como el turismo rural, las producciones no tradicionales, lo orgánico y las distintas prácticas culturales que se están implementando en el campo. Otro aspecto que se sondeó es el de las distintas modalidades contractuales que circulan en el agro, sobre todo, la injerencia de los pools de siembra así como también, las experiencias asociativas, entre otras. También se investigó sobre las distintas maneras que tiene el hombre de campo para comercializar lo que produce, como la utilización de los futuros.
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