Año CXXXVI
 Nº 49.738
Rosario,
jueves  30 de
enero de 2003
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Berlusconi perdió una batalla en su guerra contra los jueces de Milán
Pidió un cambio de jurisdicción en una causa por corrupción, que le fue negado. Denunció persecución

Roma. - El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió a reaccionar indignado por la decisión de la Corte Suprema de rechazar su pedido de trasladar su causa por corrupción de Milán a Brescia y afirmó que "están en juego los principios de la Constitución". Berlusconi está acusado de corromper jueces en la década del 80 para obtener la compra de la SME, una importante sociedad alimentaria pública. Es así como ahora la condena podría ser fijada en pocos meses. En un discurso, transmitido por la televisión italiana, Berlusconi acusó a la Justicia de perseguirlo y advirtió que no dimitirá ni siquiera aunque fuera hallado culpable de corrupción y agregó que no tiene nada que reprocharse.
Berlusconi había solicitado que el proceso que enfrenta en Milán por corrupción fuera trasladado a Brescia por sospechas sobre parcialidad de los magistrados milaneses. La Corte decidió el martes que no hay "situaciones locales serias" que justifiquen el traslado de la causa en la que está implicado Berlusconi y uno de sus principales colaboradores, el ex ministro de Defensa y abogado Cesare Previti, con lo que se evitó una dilación de los tiempos procesales.
El premier italiano que tiene 66 años y es uno de los hombres de negocios más ricos de Italia, manifestó en varias ocasiones que se sentía víctima de un "persecución política" propugnada por las "corrientes politizadas de la magistratura italiana". Berlusconi es acusado en particular de haber "comprado" una decisión de la justicia para adjudicarse la compra de la alimentaria SME en 1985, para la que el gobierno había hecho un precedente acuerdo con el empresario Carlo De Benedetti.
La decisión se produce en un momento particularmente difícil para Berlusconi, ya que tiene previsto emprender un viaje por tres países que incluirá reuniones con el presidente estadounidense, George W. Bush; el primer ministro británico, Tony Blair; y el presidente ruso, Vladimir Putin.
"Lo que está en juego aquí son los principios de la Constitución, la división de poderes y el funcionamiento de las instituciones", expresó Berlusconi con aspecto serio desde su villa de la localidad de Arcore, en el norte de Italia.
La decisión del martes supone que el veredicto, que puede ser devastador para el primer ministro italiano, puede producirse este año durante el semestre en que Italia ostenta la presidencia de la Unión Europea. "Esta es una declaración de guerra", dijo Carlo Taormina, abogado que es también parlamentario en el partido Forza Italia de Berlusconi.
Taormina predijo que el juicio de Milán tendrá "un final desafortunado" para el primer ministro. Otros aliados de Berlusconi dijeron que había llegado el momento de cambiar el sistema judicial del país. Los políticos de centroizquierda, sin embargo, defendieron la decisión del Tribunal Supremo, y criticaron los comentarios de Berlusconi. "Fue un discurso arrogante y amenazador", aseguró Piero Fassino, jefe del principal partido de la oposición, los Demócratas de Izquierda. (DPA, AFP y Reuters)



Silvio Berlusconi quería ser juzgado en Brescia.
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