| | cartas Enseñanzas de los granaderos
| Transitamos los primeros días del 2003, año en que volveremos a ejercer el derecho de elegir a nuestro presidente. En este nuevo e importante paso (y también muy caro, ya que los comicios costarán 80 millones de pesos) que intentaremos dar con buen éxito en el camino de nuestra recuperación como nación independiente debemos nutrir nuestros espíritus del noble idealimo que palpita en cada una de las epopeyas de nuestra historia. Realizado en los albores de la patria, el combate de San Lorenzo fue presagio y génesis de triunfos y heroísmos. Hubo muertos y heridos de todas las provincias para enseñarnos la necesaria unidad nacional y la desaparición de los viejos localismos. Actos como los de Cabral (correntino) y Baigorria (puntano) son ejemplos de cómo un gran jefe infunde en sus dirigidos coraje, inclaudicable energía, amor por la empresa y convicción en la victoria. Y para todos aquellos que hoy se dicen los grandes patriotas que salvarán al país, los granaderos han dejado esta otra lección: nacieron con la humildad, pelearon en la escasez contra enormes peligros y dificultades y murieron contentos por la Patria, conquistando la verdadera gloria. Ellos sí vivirán como grandes hasta la posteridad más lejana. Carlos Alberto Parachú
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