Punto de vista: Las mamitas de plástico

U. G. Mauro / Escenario

El periodismo sensacionalista no existe. Eso de que "es noticia cuando un hombre muerde a un perro y no lo contrario" es mentira y nunca se puso en práctica. Una noticia sensacionalista -y reconozcamos que también sensacional- anunciaría que Florencia Peña, Juanita Viale del Carril y Nancy Dupláa van a ser padres próximamente. Pero como el periodismo sensacionalista, dijimos, no existe, sólo cabe entonces informar que las tres figuras de la farándula serán, como corresponde, madres.
Las revistas Caras, Pronto y otras por el estilo, con su carga no siempre inocente de frivolidad y farandulismo, a veces se curan en salud y "no mienten" ni exageran sino que hacen una noticia de lo que no lo es. Porque, desde que el mundo es mundo, la capacidad de una mujer de ser madre es una condición maravillosa, afortunadamente aún asombrosa, emocionante, inspiradora de poesías y otras cosas bellas, pero también, según las reglas del periodismo y la información social, sigue sin ser noticia. Al menos que, como en la
saga cómica "Hombres de negro", detrás de las bellas apariencias humanas de Peña, Dupláa, Viale y otras se escondan peligrosos repollos y cigüeñas alienígenas, capaces de engendrar pibes.
La necesidad tiene cara de hereje. "Hasta la hacienda baguala cae al jagüel con la seca"-Hernández dixit- y las mismas figuras que hacen uso, abuso y culto a un bello cuerpo siliconado, curvilíneo y saturado de exclusivos gimnasios hoy salen a predicar la estética de la panza maternal en otra forma de promoción y comercialización. Autobombo que utiliza a los hijos como herramienta pero que se recubre con un traicionero traje de ternura, bastardeando el oficio de madre. Conductas aparentemente inocuas, "lindas", que pretenden mostrar como más "humanas" y "comunes" a estas seudofiguras que al fin y al cabo no hacen otras cosa que cumplir con un mandato genético ancestral al que se disfraza de hecho inusual y alimentado desde los propios medios con la excusa de que "en el verano, periodísticamente hablando, nunca pasa nada". Conductas por las cuales, con los años, los hijos y también los lectores suelen pasar facturas que son de pago ineludible.