Jerusalén.- Pese a las denuncias de corrupción, la fractura de su gobierno de unidad nacional y la imposibilidad de poner fin a la Intifada, el primer ministro Ariel Sharon comandó al derechista Likud a la victoria en las elecciones legislativas israelíes. En la tercera elección en cuatro años, el Likud lograba anoche 37 bancas de las 120 que tiene el Parlamento (Knesset), al escrutarse el 74% de los votos. En la peor elección de su historia, el Partido Laborista obtenía 19 bancas seguido de cerca por el centrista Shinui con 15 curules. La participación fue de las más bajas de los últimos años, rondando el 65%, cinco menos que en las legislativas de mayo de 1999.
El reelecto premier calificó de "histórico" el triunfo de la derecha y convocó a sus rivales "a la unidad". Sharon dijo "no es hora de celebraciones, sino de lograr la unidad de todas la fuerzas". Sin embargo, Sharon, quien en su discurso triunfal descartó aliarse con la extrema derecha, podría encarar semanas de batallas políticas para conformar una coalición estable en un Parlamento fragmentado. El escrutinio de la elección de la 16º Knesset mostró el claro ascenso del Likud, que tenía 19 bancas desde 1999; la caída de los laboristas, el partido que impulsó las conversaciones de paz con los palestinos contaba con 25 escaños; y el ascenso del centrista Partido Shinui (Cambio) que de 6 legisladores pasó a 15 y se colocó como tercera fuerza, un puesto históricamente reservado para los políticos judíos ultraortodoxos.
Tras conocerse el boca de urna, el líder del Shinui, Jossef "Tommy" Lapid, llamó a la formación de un gobierno de unidad laico con Sharon y los laboristas. "La prioridad para nosotros es la constitución de un gobierno de unión nacional con el Likud y el laborismo", expresó Lapid.
El partido ultraortodoxo Shas obtenía 10 diputados (contaban con 17); los ultraderechistas de la Unión Nacional, mantenían sus 7 bancas; y el Partido Religioso Nacional, ganaba un diputado (6 bancas). La izquierda pacifista se hundió ya que con el escrutino del 74% el bloque pacifista Meretz lograba 7 diputados de los 10 que tenía hasta ahora. "Estoy muy decepcionado. Pagamos el precio de defender nuestros principios", confesó anoche Yosi Sarid, líder del Meretz.
"Esperábamos estos resultados"
Casi con el final de los comicios, el líder laborista Amram Mitzna admitió su derrota en una llamada a Sharon. "Conoció los resultados y llamó al primer ministro", comentó el el portavoz de Mitzna, On Levy, al Canal 10 de la televisión. "Esperábamos este resultado". La oficina de Sharon confirmó en un comunicado el llamado de Mitzna. "Sharon le agradeció y ambos acordaron reunirse", expresó el comunicado.
El secretario general del laborismo, Ofir Pines Paz, reafirmó poco antes del comienzo del escrutinio, que su partido no integrará un gobierno de unidad con Sharon. "Nos uniremos a la oposición para reconstruir el partido y el campo de la paz, y así convertirnos en una alternativa".
Se espera que el presidente Moshe Katzav pida a Sharon, como líder del mayor partido en el Parlamento, que forme un nuevo gobierno para resolver la profunda crisis económica y la insurrección palestina, que ya lleva 28 meses, por un Estado independiente. Las conversaciones de paz futuras con los palestinos estarán determinadas en gran parte por los partidos que el ex general de 74 años pueda traer a la coalición.
Sharon dispondrá de 28 días para formar un nuevo gobierno, pero podría contar con otros 14 días si, como se espera, encuentra dificultades para la coalición. Si Sharon fracasa, Katzav pedirá a otro líder del partido que forme dicha coalición.
Mientras algunos medios indicaban que Sharon estaba ocupado preparando un discurso de victoria, Israel imponía una prohibición general a la realización de viajes de palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza, donde viven 3,5 millones de palestinos, hasta hoy. Israel, un país que se vio sacudido por decenas de atentados suicidas con bombas desde que en septiembre de 2000 comenzó un levantamiento palestino para lograr la independencia, citó razones de seguridad al establecer las restricciones.
Fuertes retos
Sharon enfrenta fuertes retos en la formación de un gobierno estable de coalición entre partidos rivales, que no sólo reflejan la brecha entre la derecha y la izquierda sino la creciente división entre religiosos y seculares en la sociedad israelí. Sharon manifestó su esperanza de atraer al Partido Laborista a su gobierno de coalición.
"La población está diciendo claramente que apoya al primer ministro y sus políticas, junto con el mensaje de que está cansada de elecciones cada dos años, y por eso necesitamos una coalición amplia", comentó el ministro de gabinete de Likud, Limor Livnat, al Canal Uno de la televisión israelí minutos antes de que finalizaran los sondeos.
Pero el Partido Laborista expresó que no se uniría a un gobierno con el Likud. Si los laboristas no cambian su forma de pensar y el líder Shinui, Yosef "Tommy" Lapid, insiste en no unirse a un gobierno con partidos religiosos, Sharon podría verse obligado a formar una coalición con ultra ortodoxos y ultra nacionalistas. (AFP, DPA y Reuters)