El intento evadir los controles para escapar de prisión vestidos de mujer tiene un antecedente reciente en la comisaría 15ª y con el mismo resultado, frustrado. La estrategia del disfraz sedujo entonces a otro joven de 18 años, Héctor González, que también llegó hasta la puerta y debió regresar al penal. Para su transformación, González se afeitó brazos y piernas, vistió pollera y remera y también centró la atención en el cabello. Preparó una peluca rubia, de pelo trenzado, sujeta con hilos de cobre.
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