Paola Irurtia / La Capital
La producción mereció los elogios de las autoridades del penal de la alcaidía, en la ex Jefatura de Policía, pero no superó las pruebas de control. Con extensiones en el pelo, el rostro prolijamente depilado y un esmerado maquillaje uno de los internos intentó abandonar su prisión vestido de mujer. Llegó hasta la puerta, donde descubrieron la treta. El engaño involucró a dos mujeres, que lo acompañaron en su corto recorrido hacia la calle y a su madre, que le dio su tarjeta de salida y había quedado esperando en el penal. Las tres mujeres quedaron detenidas por facilitar el intento de fuga. Alfredo Patricio Rojas tiene 18 años y un rostro de facciones suaves, que preparó prolijamente para la ocasión. Se quitó el vello, se depiló las cejas y aplicó un maquillaje cuidado, de colorido sutil. No dejó detalles librados al azar. Sobre la remera que planeaba lucir anexó largas hebras de cabello castaño de modo que desde atrás parecía una melena larga. Y para simular el busto, rellenó satisfactoriamente un corpiño con gomaespuma. Eligió una larga falda floreada que le cubría las piernas y se depiló los brazos. Con esa idea de lo que sería la puerta hacia la libertad, esperó la visita de mujeres, ayer. El horario se extiende de 14 a 18, pero a las 16 los internos le pidieron al celador que abriera la puerta a un grupo que se retiraba. Tres mujeres salieron por la puerta y la versión oficial es que el guardiacárcel advirtió en ese momento que no había visto entrar a una de las mujeres. "Para evitar problemas en la puerta, a la vista de todos, cerró y las acompañó hasta la guardia", señaló un vocero policial. Ya las sospechas en ese punto habían variado. No era sólo que el guardia no reconocía a la visita, sino que sospechaba que no era una mujer. La comprobación, realizada por personal femenino, fue rápida. "El chico tiene una cara especial. Es delgadito, moreno y estaba bien pintado", indicó un vocero de la alcaidía, un lugar donde las fugas e intentos de fuga son recurrentes en los últimos tiempos. La guardia constató que el interno, aunque bien producido, era hombre y además, debía seguir preso. El intento sumó tres detenidas más. Las dos mujeres que acompañaron la salida de Rojas, que identificaron como su hermanastra y una chica que entró para ver a otro detenido, y la madre de Rojas. La mujer, de 39 años, se había quedado en el pabellón junto a las otras visitas, ya que le había dado a su hijo la tarjeta de control de ingresos que el chico pretendía entregar a la guardia a la salida. Rojas llevaba detenido dos años y enfrenta una acusación por homicidio por la que está a disposición del juzgado de menores Nº3, indicó la policía. La causa por intento y facilitamiento de evasión fue derivada por el juzgado correccional en turno a la división Judiciales de la policía.
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