Año CXXXVI
 Nº 49.728
Rosario,
lunes  20 de
enero de 2003
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Lo que la pantalla chica dice pero no hace
Un estudio analiza los valores que se promueven en la tele
Según investigadores de la Universidad Austral, hay una gran discrepancia entre "lo propuesto y lo difundido"

Muchos programas de la televisión argentina evidencian una notable discrepancia entre los valores explícitamente promovidos y otros valores que implícitamente se difunden a través del lenguaje, las imágenes y el trato habitual hacia las personas. Así lo entienden las conclusiones preliminares del proyecto de investigación "Valores, calidad y compromiso comunicativo" que aún se encuentra en etapa de desarrollo. En el paper intervienen los profesores Damián Fernández Pedemonte, Gabriela Fabbro, Alejandro Piscitelli, Paola de Delbosco y Ernesto Alonso, todos pertenecientes a la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Austral.
El estudio intenta "evaluar el impacto de los valores en la nueva crisis argentina", a través del análisis de varios programas que pertenecen a la televisión abierta, que son representativos por su audiencia y que estuvieron al aire durante el segundo semestre de 2002. Abarca una amplia gama de géneros con 13 envíos investigados. En el rubro periodístico informativo están "Telenoche", "América Noticias", "Punto.doc", "Edición Chiche" y "Detrás de las noticias"; en el rubro periodístico humorístico están "Tv Registrada" y "Caiga Quien Caiga"; en el rubro ficción se hallan "Son amores", "Kachorra" y "Rebelde Way"; mientras que el rubro híbridos están "El Show de VideoMatch", "Entre Moria y vos" y "Fútbol de Primera".
El trabajo realiza una observación de los programas en sus aspectos formales, narrativos y axiológicos, un método que permite "comprender con mayor exactitud a qué realmente apunta cada programa y cuál es la base antropológica que sustenta la escala de valores evidenciada".
Pero antes de realizar cualquier análisis, la investigación define qué es un valor. Según puntualiza, valores son "los bienes concretos que constituyen el orden de preferencia de los actos que la cultura promueve entre sus miembros o cuyo incumplimiento la cultura condena". Y abunda: "Si la realidad es la base del orden de preferencias determinado por los valores, éstos son el reflejo del complejo entramado de los bienes indispensables para una vida humana plena".
Acto seguido, la investigación pasa a destacar los elementos constitutivos más importantes de la programación televisiva, marcas que identifican a la producción nacional de televisión. El primero, y el más importante, es la disociación entre valores promovidos explícitamente y los expuestos implícitamente. Esto es, habría un choque entre lo que se dice y lo que se muestra al aire. Allí se observan "gruesas contradicciones entre lo propuesto y lo difundido".
En este marco, y en contradicción con su enunciación, no se fomenta, por ejemplo, el justo trato entre las personas, la mejora personal y colectiva, las responsabilidades políticas de cada ciudadano, en lugar de limitarse a la mera crítica áspera y corrosiva. Al entender de los investigadores existiría una "falta de respeto por las personas, privadas o públicas, desvalorización de la mujer, violencia verbal y física, descuido del lenguaje, desprecio por el esfuerzo y sus frutos, quiebre entre las generaciones, sexualidad exacerbada y superficial, y una espectacularización del dolor, de la intimidad, de las miserias humanas".



La tele quedó a merced de sus propias actitudes éticas.
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