Washington. - El presidente estadounidense George W. Bush enfrenta, junto a las dificultades para encontrar una salida a crisis nuclear con Corea del Norte, las críticas cada vez más numerosas en el propio campo republicano, que lo acusan de debilidad ante el "chantaje" del empobrecido país comunista. Bush había prometido no ceder jamás ante las tentativas de extorsión de Pyongyang, en su discurso sobre el Estado de la Nación el año pasado, cuando incluyó a Corea del Norte en el llamado "eje del mal" junto a Irak e Irán. "Al tratar de dotarse de armas de destrucción masiva, esos países representan un peligro cada vez mayor", había dicho entonces Bush a los estadounidenses, todavía bajo el shock de los atentados del 11 de septiembre de 2001. "Ellos podrían dar esas armas a los terroristas. Podrían atacar a nuestros aliados o tratar de chantajear a Estados Unidos", había agregado. Eso es precisamente lo que hoy le reprochan algunos de sus más fieles partidarios, que temen que Bush quede acorralado en la crisis norcoreana, días antes de su discurso sobre el Estado de la Nación, previsto para el 28 de enero. "La posición de Bush respecto a Corea del Norte se desplomó completamente. En menos de un mes, pasamos de la contención a medida al apaciguamiento sin vergüenza", fulminó el comentarista conservador Charles Krauthammer del Washington Post. El senador republicano John Kyl, co-autor de un proyecto de ley que busca imponer sanciones a Norcorea, dijo: "Desde hace una década tratamos de terminar el programa nuclear norcoreano a través de negociaciones y una política de apaciguamiento. Como resultado enfrentamos a una potencia que trata de extorsionar aún más a la comunidad internacional", agregó. (AFP)
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