Año CXXXVI
 Nº 49.727
Rosario,
domingo  19 de
enero de 2003
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La devaluación les dio oxígeno a las fábricas de la región
La industria de electrodomésticos de Rosario quiere resurgir
En los 70, la ciudad fue un gran polo de producción hasta la invasión de importados. ¿Revancha?

Claudio Berón / La Capital

La industria de electrodomésticos de Rosario tuvo su tiempo de oro en los talleres "eléctricos" que fabricaban básicamente ventiladores y planchas, a los que se sumaba la industria de línea blanca, como heladeras, cocinas y lavarropas. Eran comunes en esos años los televisores Inelro o los ventiladores Superelectric. La invasión de productos importados, que con variantes se extendió desde fines de los años 70 al 2001, con su pico más alto en los tiempos del 1 a 1, terminó con muchas de esas empresas familiares. Con un tipo de cambio distinto, los fabricantes de artículos del hogar perciben una mejora en sus ventas, pero aún está lejos una reactivación de sus negocios.
La sustitución de importaciones se comprueba en términos económicos cuando se produce un crecimiento de la producción industrial, con expansión de la demanda interna, que no se traduce en un aumento del ingreso de productos del exterior.
Varios rubros son favorecidos por esta incipiente forma primaria de sustitución y los resultados deberían conducir, además, a incrementar las exportaciones.
Pero esta reactivación se mide por ahora respecto del verano pasado, cuando la imposibilidad de movilizar dinero, corralito mediante, mantuvo planchadas las ventas del sector.
En un trabajo hecho por la Secretaría de Industria de la Nación se destaca que la reducción de las importaciones durante el primer semestre de 2002 fue del 56%, mientras que la demanda interna de bienes cayó entre un 20 y un 30% (ver aparte).
La sustitución de materiales que conforman el producto terminado, como los tubos de aluminio usados en refrigeración o los motocompresores, debe tener un proceso de maduración y financiamiento que permita planificar la producción. Nadie invertirá en un producto del que no se sabe con certeza si será importado en el corto plazo.
La industria de electrodomésticos tiene hoy más movimiento que hace unos meses atrás, y los fabricantes creen que este momento es "muy bueno". Incluso algunos aventuran que, de no ser por este "veranito" industrial, estarían en proceso de convocatoria.
Un caso de la industria del hogar local es Liliana. La fábrica está instalada hace 50 años y su línea de productos comprende multiprocesadoras, licuadoras, sartenes y cortadoras de césped, entre otros artículos. La empresa está atravesando un período concursal y en esta coyuntura mejoró sus ventas sustancialmente.
Para José Bobrovsky, ejecutivo de la empresa, este año es mejor que los anteriores: "Hubo años muy malos, prácticamente sin ventas, como el 2002, y muy buenos, como el 91 y el 94, cuando se vendieron 450 mil estufas en un año y muy bien toda la gama de electrodomésticos".
En algunos casos, la producción no tiene un correlato en el consumo, el mercado está parado como para hacer pronósticos y mientras algunos fabrican para recomponer stocks, en otros casos se trabaja sobre cálculos de ventas en just in time.
Los industriales son conscientes de que el 1 a 1 era una "ficción" con un peso inflado y critican la desprotección sufrida por la industria en estos últimos años.
"Hubo años en los cuales el consumo era alto, por ejemplo 1993 ó 1997, cuando el mercado consumió sólo en el rubro planchas 1.200.000 unidades, pero como contraparte, en 2002 sólo se consumieron 400 mil", explicó Roberto Cristiá, de la fábrica de planchas Crivel.

Los nuevos vientos
El rubro ventilación, según Cristiá, no tuvo "tantos beneficios como las cocinas o el sector de calefacción" y esto se debe a que tiene menos partes importadas.
Entre las fábricas de artículos para el hogar que desaparecieron se cuentan Goldair, Superelectric, Inelro, Atma, Antártida, Yelmo. Sin embargo, muchas de estas marcas sobrevivieron, adquiridas por otras empresas, debido a su fuerte posicionamiento de imagen frente al consumidor.
"Los que no se modernizaron o bien se manejaron con créditos impagables y sin orden en sus cuentas no están más, a esto hay que sumar que los supermercados y las cadenas nacionales de electrodomésticos se largaron a importar por su cuenta y destrozaron el mercado", explicó Cristiá.
El ejecutivo, quien además fue contador de varias de las principales fábricas de la región, se mostró optimista para este año. "Con un dólar alto, seguramente vamos a poder competir en todos los mercados", dijo.
Una de las empresas que se mantuvo, pese a la crisis de estos últimos tiempos, es Briket que hace cincuenta que está en el mercado. Fabrica básicamente heladeras, freezers y un pequeño lavarropas. La empresa estuvo cerrada desde marzo hasta agosto.
En esta coyuntura está produciendo y exportando, pero se enfrenta a la importación de heladeras brasileñas, que entran con un 20% menos de costo. "Ellos tienen industria básica y no tienen que importar ni gabinetes, ni motocompresores, ni pequeños insumos, por lo tanto su gasto de producción es menor", dijo Roberto Lenci, directivo de la empresa.
El empresario manifestó que "muchas empresas, como Whirlpool, se fueron del país y se instalaron en Brasil. El dólar está a una paridad similar y ellos nos ganan en competitividad, por otra parte la industria brasileña está más protegida que la nuestra".
En el rubro heladeras, marcas como Bosch, Patrick y Electrolux son abastecidas desde Brasil. En un mercado histórico local de 500 mil unidades se llegó a las 150 mil en 2001, y 2002 no fue mejor pero hay perspectivas saludables.
"Vinieron heladeras de Turquía y Corea, pero lo más importante es Brasil, que llegó a abastecer el 70% del mercado, y ahora nuevamente están dispuestos a atacar el Mercosur, tienen chapa subsidiada y materia prima más económica", confió preocupado un empresario del sector. En ese lapso de importaciones y recesión desaparecieron fábricas como Gardenia, Coventry y Tíboli

El gigante brasileño
Pese a que hay un remanente de importados en el mercado, evidentemente el principal competidor es Brasil. "Nos reunimos la semana anterior con funcionarios de la Secretaría de Industria para que se sancioné alguna ley que proteja al sector", señaló Lenci. Pese a esto, Briket ya realizó exportaciones a Uruguay, Chile y Bolivia e invirtió unos 2 millones de dólares en su planta para instalar máquinas ecológicas.
Por el lado de los ventiladores de techo, una industria que supo tener talleres importantes en Rosario, el panorama es otro. "Si bien no tenemos números finales, porque estamos en plena estacionalidad, se puede afirmar que esta temporada es mucho mejor que la anterior", dicen desde Abon Garden.
Para esta industria, el cese de las importaciones fue fundamental. "Si bien se siguen liquidando stocks de importados, este año se priorizó la calidad sobre el precio y nosotros tenemos toda la producción vendida", señaló un ejecutivo de la empresa.
Un termómetro de las ventas está en los negocios minoristas: "Este año las ventas de ventiladores mejoraron un 100% porque al no tener corralito se triplicaron las ventas y el servicio de reparaciones. No es lo mismo arreglar un ventilador chino que uno hecho acá, por los repuestos", sostuvo el service oficial de una marca líder.
En el rubro ventiladores, en realidad, este año no se hicieron negocios de importación. Sí se vendieron las marcas de las cadenas nacionales de supermercados, pero no tienen la participación en el mercado que tuvieron en años anteriores.
Lo cierto es que este veranito sustituto está dando oxígeno a los antiguos talleres y algunas fábricas pudieron escapar del traumático cierre de persianas.



El típico movimiento operario ya se nota en los talleres. (Foto: Marcelo Bustamante)
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