El titular de Agroexport repudió ayer la clausura

La clausura de la cerealera Agroexport por parte del Municipalidad desató la furia de su titular, José Luis Germano, y de los empleados. Ayer, un día después de que la Justicia fallara en contra del amparo interpuesto por los trabajadores, Germano acusó públicamente a las autoridades municipales. "En esta ciudad, la Municipalidad procede impunemente a confiscar bienes privados", disparó el titular de Agroexport.
El conflicto con la cerealera -propiedad del hermano del ministro de Educación de la provincia- viene de larga data. El municipio a principios de los años 90 comenzó a impulsar la aplicación del Plan Director en el que se estipula que las actividades portuaria y cerealera debían instalarse de la avenida Pellegrini hacia el sur.
Cinco empresas funcionaban en el sector denominado Puerto Norte, donde se habilitó la avenida de la Costa y el parque Sunchales. Después de muchos litigios quedaron Agroexport (que se clausuró hace 48 horas) y Servicios Portuarios, cuyo cierre dependerá del fallo que fije la Justicia Federal que interviene en la causa.
Germano firmó en marzo pasado un convenio con el intendente Hermes Binner en el que se comprometía a trasladar la empresa a Arroyo Seco el 1o de enero de este año. Sin embargo, llegada la fecha, los empleados presentaron un recurso de amparo y pidieron una prórroga que fue denegada judicialmente.
Si bien en estos días el empresario mostró bajo perfil, ayer salió a disparar con munición gruesa. "No acato, repudio y denuncio por inconstitucional esta clausura", señaló. Más aún, Germano se reserva el derecho de accionar en la Justicia nacional e incluso la internacional ya que entiende que la medida lesiona "los pactos internacionales suscriptos por Argentina".
De igual modo se pronunciaron los empleados, quienes acusaron tanto a la Intendencia como al Concejo Municipal. "El socialismo que gobierna la ciudad nunca logró abrir una fuente de trabajo, y ahora arroja 120 personas a la calle", dijeron. Y a los concejales les achacaron que observan "de modo pasivo y de vacaciones" la destrucción de fuentes de trabajo.