Año CXXXVI
 Nº 49.726
Rosario,
sábado  18 de
enero de 2003
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Ahora las víctimas fueron las lámparas de las bolas que rodean el Monumento
Nadie puede frenar la ola de robos de instalaciones públicas
Los gendarmes no actúan porque las luces no son de su jurisdicción. Denuncian una "mafia"

Eugenia Langone / La Capital

Ni la Municipalidad ni las prestadoras de servicios como Telecom y la Empresa Provincial de la Energía (EPE) pueden frenar el robo de cables e instalaciones de la vía pública. Y las bolas de iluminación que rodean al Monumento Nacional a la Bandera no se salvaron. Casi la mitad de ellas ya no funcionan porque les sustrajeron tanto las lamparitas como el sistema eléctrico. El director de Alumbrado Público de la Municipalidad, Jorge Nocino, no ocultó su enojo al asegurar que "ya no se trata de hechos aislados, sino que es una mafia organizada que sabe cómo actuar". Y adelantó que en este caso en particular, los artefactos van a ser repuestos porque "se trata de un lugar emblemático de la ciudad".
Pero este no es un fenómeno nuevo, los robos de artefactos de la vía pública se vienen incrementando desde principios del año pasado tanto en Rosario como en el resto del país. Y parece que nada queda fuera del alcance de los ladrones: Nocino aseguró que desde marzo del 2002 hasta ahora la cantidad de hurtos se duplicó.
Y en estos últimos meses el mobiliario urbano fue depredado. Partes de estatuas de bronce, un galpón entero, placas, bancos de plazas y columnas del alumbrado público desaparecieron misteriosamente. Y hasta un ciruja fue detenido esta semana por robar en la esquina de Alvear y Güemes unos 300 adoquines de la calle.
Al igual que la Dirección de Alumbrado Público, la EPE también sufrió los efectos del vandalismo y perdió tanto cables de manzanas completas como transformadores. Y lo mismo le sucedió a Telecom. Así es que cientos de usuarios se quedan sin servicio cada vez que los cables de cobre de la empresa son robados, ya que su precio de reventa en el mercado está cerca de los 7 dólares el kilo.
Con el reiterado robo de cables, lámparas y columnas de alumbrado, algunas zonas de la cuidad, como el Paseo del Caminante y el Acceso Sur, se convirtieron en verdaderas bocas de lobo. Nocino explicó que "en estos casos los artefactos no son repuestos porque al otro día vuelven a desaparecer".
Lo cierto es que la Dirección de Alumbrado Público recibe un promedio de una denuncia diaria de vecinos que dicen haber visto algún robo de artefactos. Y ya se presentaron un centenar de denuncias ante la policía.

Insólito
El caso de las bolas de granito cuyas luces iluminan la avenida Belgrano es insólito. Es que el Monumento Nacional a la Bandera cuenta con una guardia permanente de la Gendarmería Nacional, que no reacciona ante los actos de vandalismo porque asegura que su "zona de responsabilidad llega hasta donde termina la vereda".
Y lo irrisorio es que algunas de estas luminarias están a pocos metros del puesto que ocupan los gendarmes y las más distantes no llegan a estar a más de una cuadra.
"La Gendarmería tendría que hacer algo aunque no sea su jurisdicción. Al menos podrían ahuyentar de alguna forma a los ladrones. Si es no es su responsabilidad, al menos que lo hagan por una cuestión de actitud ciudadana", reclamó Nocino.
Pero el funcionario fue más allá y protestó porque "a pesar del centenar de denuncias presentadas, todavía no se ve la reacción de la policía provincial ante estos hechos".
Aunque advirtió que los costos de reposición de los artefactos robados son altísimos, el funcionario adelantó que las luminarias del Monumento a la Bandera sí se van a arreglar. "Se trata de un lugar histórico y emblemático para la ciudad, que además es visitado todos los días por cientos de personas. No se puede permitir que dejen de funcionar", explicó.
Lejos de minimizar el tema, el titular de Alumbrado Público aseguró que éstos no son hechos vandálicos comunes y corrientes, sino que se trata "de una mafia organizada que trabaja generalmente de madrugada".
"Los últimos robos los realizaron con una camioneta equipada con un elevador y a nueve metros de altura, así que saben perfectamente lo que hacen. Además, ya tienen el tiempo que puede tardar la policía y lo hacen muy rápidamente", explicó Nocino.
Es que, según detalló el funcionario, se llegan a producir entre tres y cuatro robos en una misma noche. "Para eso se necesita una infraestructura de trabajo y es gente especializada que sabe cómo desmontar el sistema para sacar lo que tiene valor. Trabajan como si fuera una obra de profesionales", apuntó.



Ni las bolas que iluminan el Monumento se salvaron. (Foto: Marcelo Bustamante)
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