Alrededor de ocho mil rosarinas entrarán al Programa Familia, un subsidio para mujeres desocupadas con hijos menores de 19 años o embarazadas que no sean beneficiarias de otro plan. La cifra exacta se conocerá recién en las próximas semanas, cuando lleguen a Rosario los padrones elaborados en el último censo de la pobreza. Con este nuevo programa habrá en la ciudad casi 73 mil desempleados cuya subsistencia dependerá en gran parte de un subsidio. Si se multiplican esos beneficiarios por cuatro miembros promedio de cada hogar, el número trepa a unas 300 mil personas que viven de un seguro social. Hasta ahora, sólo en Rosario, 61 mil personas reciben el plan Jefas y Jefes, 900 cobran los Pass de la provincia y 2.870 cuentan con un seguro de desempleo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Ansés).
Todavía no existen demasiadas precisiones sobre el alcance que tendrá el Programa Familia para la ciudad. Según estimaciones de la Secretaría de Promoción Comunitaria provincial, el beneficio podría alcanzar a unas 8 mil mujeres rosarinas y 4 mil más en el Gran Rosario. Sin embargo, por ahora se desconoce cuál será el mecanismo para poder cobrarlo.
Sí se sabe, en cambio, que el beneficio será de 100 pesos por cada mujer embarazada o con chicos menores a 19 años, más 25 pesos por cada hijo, hasta un techo de 200 pesos. La condición sine qua non es que las beneficiarias no cuenten con ingresos ni estén recibiendo ningún otro subsidio, ya sea porque no se inscribieron antes o porque no resultaron seleccionadas para recibirlo.
Además para gozar del beneficio, según adelantó el delegado local de Promoción Comunitaria, Daniel Bonis, se deberá garantizar la permanencia de los chicos dentro del sistema escolar, llevar un estricto control del embarazo y respetar los calendarios de vacunación infantil.
Números que hablan
Las cifras son elocuentes. Las beneficiarias del Programa Familia se sumarán a unos 61.000 rosarinos que en el marco del plan Jefas y Jefes reciben desde el año pasado 150 Lecops, a otros 900 que aún cobran el Pass, subsidio que otorga la provincia por 100 pesos, y a otros 2.870 que obtienen entre 300 y 350 pesos de la Ansés tras haber perdido sus empleos.
En el caso de estos últimos seguros, el delegado local del organismo, Guillermo Beccani, afirmó que a lo largo del año pasado se fue registrando un descenso significativo mes a mes en la tramitación de nuevos subsidios por la pérdida del trabajo.
De todos modos, que unos 73 mil hogares rosarinos —el equivalente aproximado a unas 300 mil personas— vivan en buena medida gracias a un subsidio de desempleo no es un dato menor. Menos si se tiene en cuenta que esa cantidad de planes para desocupados cae sobre una población que roza el millón de habitantes.
Y aun cuando el presidente Eduardo Duhalde aseguró en reiteradas oportunidades que se garantizará la continuidad y ampliación de los planes hasta que retorne el trabajo genuino, no deja de ser inquietante que casi un tercio de la población de la ciudad dependa de esos beneficios.
El Programa Familia ya se encuentra en marcha en distintas provincias argentinas. Y dentro del territorio santafesino, está siendo implementado en las ciudades capital y Santo Tomé. Ahora se aguarda que en breve se sume el Gran Rosario.
Los resultados del censo de la pobreza que se llevó adelante durante el año pasado y que permitió relevar “un sinfín de núcleos familiares con extremas necesidades”, como las definió Bonis, posibilitaron la confección de padrones, que obran actualmente en poder del gobierno nacional.
Esos datos se cruzan luego con los consignados en los listados del Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados para identificar a las familias que se encuentran en estado de máxima vulnerabilidad y que hoy por hoy no cuentan con ningún subsidio. De ese diagnóstico se desprende la identificación de las futuras beneficiarias del nuevo programa.
La secretaria de Promoción Comunitaria provincial, Adriana Cavuto, pidió ayer calmar las expectativas que seguramente despertará este anuncio, al menos hasta que haya fecha cierta para la llegada de los padrones.