Año CXXXVI
 Nº 49.725
Rosario,
viernes  17 de
enero de 2003
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Daniel Cima, el cuidador más líder que nunca

Alberto Serra

En la historia del Independencia siempre hubo una figura que dominó el panorama entre los profesionales. El más notable fue Angel Oscar Baratucci, que puso su sello en el turf rosarino durante más de treinta años. A su lado pasaron, figuras de la talla de Sauro, Cosenza, Quevedo, Figueroa, etc. Hubo también cuidadores emblemáticos, como Antonio Lema, con la mejor caballada de la zona, producto de grandes propietarios porteños. Luego vino Carlos Varela, una especie de "mago" local, que prefería que sus caballos ganen corriendo de punta. Apellidos como Claverie, Miranda, Donato, Palacios, entre otros, también formaron parte de ese círculo exitoso.
Más cercano en el tiempo surgió Daniel René Pucho Cima -actual líder indiscutido en su rubro-, cuyos silenciosos pasos los dio por el año 1984. Tenía 14 años cuando ya andaba entre los caballos, pues su padre, "Tito" Cima se entretenía cuidando algunos cuadreros en su pueblo y él lo ayudaba con el vareo y la atención de los ejemplares. Nacido en Alvear, localidad cercana a Rosario llegó al Independencia de la mano de su tío Luis Fuentes, comenzando de abajo, prácticamente como peón, adquiriendo la experiencia que pronto lo llevó a ser el capataz del stud.
Aceptó el desafío de cambiar de ámbito y por el año 1984, mientras cumplía la función de capataz, se le dio la posibilidad de empezar a cuidar algunos ejemplares. En ese momento era presidente de la comisión de carreras del Jockey Club de Rosario el extinto Fernando Pinasco (dicho sea de paso, uno de los mejores dirigentes que conoció el turf rosarino). Pinasco decidió otorgar al joven Cima un permiso transitorio como entrenador, dándole la posibilidad de desarrollarse.
Con esa "licencia precaria" Pucho viajó al hipódromo santafesino de Las Flores, lugar donde estrenó su patente ganando con Abed Homo, conducido por Isaac "Peca" Rossi. En la actualidad se encuentra consolidado entre los trainers y acaba de obtener su 13ª estadística en el óvalo local, con el agregado extra de haber conseguido en la última temporada un más que meritorio 4º lugar entre sus colegas en el hipódromo Argentino. Además, es uno de los entrenadores rosarinos que ganó más carreras de Grupo en San Isidro y Palermo.
En estos momentos con 65 animales en training, dirige la caballeriza más nutrida de la zona y se encuentra rodeado de un excelente grupo de tareas, comenzando por el capataz general, Víctor Hugo Masciarelli, los encargados de pabellón Julio Acosta y Orlando Vinardi, un grupo entusiasta de peones y finalizando por el veterinario Guillermo Grande, quienes hacen posible que año tras año, el éxito continúe. También son varios los jinetes que en cada mañana se dedican a cumplimentar con el vareo diario entre los que cuenta a José Benítez, Juan Carlos Torres, Marcelo Fazekas, y algunos aprendices.
En medio de la gravísima situación económica del país, a la que no escapa el turf, el cuidador rinde examen a diario y su stud funciona como una verdadera empresa moderna, donde cada colaborador es una pieza fundamental para que todo funcione aceitadamente. Cima admite que haber estado radicado una temporada en Palermo le sirvió mucho como experiencia, ya que pudo conocer de cerca el nivel que se manejan sus colegas, pero no se ambientó y tomó la determinación de retornar al escenario rosarino. Más adelante el cuidador se manifiesta como un eterno agradecido por "el apoyo de todas las caballerizas que me han confiado sus valiosos ejemplares, como así también a todos aquellos que de una u otra manera contribuyeron al éxito alcanzado".
Para finalizar, Pucho nombró a su padre Luis Alberto, a su abuelo Alberto y a su tío Luis Fuentes, los que lo pusieron en la senda del turf, haciendo hincapié en su mujer María Inés, quien soporta las largas horas de alejamiento, ya que al hombre le gusta llegar temprano al stud y trabajar todo el día. Y en su hija Ornella, a la que define como "una luz que alegra e incentiva su vida". Así se despide un profesional serio, responsable, ameno sencillo y triunfador. Una de las figuras del Independencia que vive su reinado de más de una década, y que seguramente quedará en la historia grande, junto al resto que durante un siglo fueron las mejores cartas de presentación de un hipódromo que supo de tiempos mejores que los actuales.



El entrenador Daniel Cima mantiene la hegemonía en su rubro. (Foto: Angel Amaya)
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