Dicen que la pelota busca al jugador. Al hermosísimo ejemplar de Labrador (Golden Retrieve) que transitaba por el extenuante circuito de parque Camet le era imprescindible entrar a boxes. Cuando lo vio venir con la lengua afuera, Domizi, que conoce mucho de animales, pidió inmediatamente una botella de agua mineral y asistió al perro que se quedó tomando agua por unos cuantos minutos. Al Labrador no lo sometió el profe Weber, pero sí fue apresado por la alta temperatura que se registró ayer en Mar del Plata. Obviamente como sucede en estos casos, el Pájaro recibió todo tipo de chanzas que vinculaban su capacidad futbolística con el animal que estaba asistiendo. Domizi, sin pelos en la lengua como siempre, amenazó a este cronista con hacerlo volver a pie a Rosario si publicaba frases tales como: "De tal palo, tal astilla". Después de la asistencia, el can siguió con su entrenamiento mientras a la distancia Domizi hacía lo propio.
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