 |  | Sharon acusó Arafat de interferir en los comicios
 | Jerusalén. - El primer ministro Ariel Sharon rechazó ayer un llamado de Yasser Arafat a frenar los ataques contra civiles palestinos, calificándolo de estratagema para impulsar las posibilidades de su rival pacifista Amram Mitzna en las elecciones israelíes del 28 de enero. Una declaración del gabinete palestino condenó todos los actos de violencia que hacen blanco en civiles palestinos e israelíes. "En la medida en que se acercan las elecciones israelíes, apelamos a todo nuestro pueblo para que actúe con moderación", destacó el comunicado. Los analistas dicen que un período pre electoral de calma podría aumentar los votos para el líder del partido Laborista, Amram Mitzna, quien a diferencia de Sharon desea reanudar las conversaciones sobre la creación de un estado palestino, congeladas desde el estallido de la Intifada en septiembre del 2000. Líderes de la Autoridad Palestina han expresado abiertamente sus preferencias por Mitzna, y Sharon acusó a Arafat, el presidente palestino, de interferir en la campaña. "No sólo el asesinato de israelíes es una meta constante y permanente para el jefe de la Autoridad Palestina, también es un propósito político", señaló el primer ministro en una reunión semanal del gabinete. "Matar israelíes mucho antes de las elecciones está bien, pero una vez que las elecciones se acercan es mejor parar, sólo para continuar después que se realicen las elecciones", agregó Sharon. Arafat condenó sistemáticamente los atentados suicidas y otros ataques sobre civiles israelíes, y sus funcionarios dicen que no pueden controlar a los grupos militantes palestinos. El gobierno del primer ministro Sharon insiste en que Arafat es personalmente responsable de esos ataques. La declaración de Sharon se produjo en medio de nuevos incidentes de violencia entre palestinos e israelíes que pudieran ayudarlo a volcar nuevamente la atención a los temas de seguridad de una escándalo de financiamiento que ha erosionado la amplia ventaja de su partido derechista Likud en los sondeos pre electorales. Encuestas de fin de semana mostraron que el Likud había caído a entre 27 y 30 escaños en el parlamento (Knesset) de 120 bancas, no mucho mejor que los proyectados para el Laborista, de 24. Sharon ha presenciado cómo acusaciones de compra de votos en las elecciones primarias del Likud y la aceptación de su hijo de un préstamo de 1,5 millones de dólares de un empresario sudafricano, presuntamente para saldar contribuciones ilegales a la campaña electoral de 1999, han erosionado la ventaja inicial del Likud, de 41 escaños. (Reuters)
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