Año CXXXVI
 Nº 49.721
Rosario,
lunes  13 de
enero de 2003
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Herrera de Noble acusó al juez Marquevich
La directora de Clarín denunció maniobras políticas y dijo respetar el deseo de Abuelas de Plaza de Mayo

Ernestina Herrera de Noble, directora del diario Clarín, manifestó que a sus hijos Marcela y Felipe los adoptó "de buena fe, en un procedimiento legal y transparente, investigado una y otra vez por la Justicia". Criticó el procedimiento del juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, quien la procesó por supuestas irregularidades en los trámites de adopción de esos hijos (hace 26 años), luego de una detención que dejó sin efecto la Cámara Federal de San Martín.
  Herrera de Noble habló de "dos realidades muy distintas. Primero, el deseo legítimo de las Abuelas de Plaza de Mayo de saber si mis hijos fueron arrebatados a detenidos desaparecidos. Segundo, los abusos del juez Marquevich".
  Indicó que "cualquiera haya sido la razón por la cual perdieron a sus padres biológicos, Marcela y Felipe tienen el derecho de conocer quienes han sido sus padres biológicos. Se trata de un derecho, no es una obligación. Y ejercerán ese derecho cuando tengan plena voluntad de hacerlo y si se sienten confiados en las condiciones de seguridad jurídica y científica en que lo hacen".
  La empresaria aclaró que sus hijos y ella "tenemos mucha desconfianza del juez Marquevich. No así de las Abuelas, a ellas las considero totalmente aparte de cualquier especulación".
  La señora de Noble denunció que "mi prisión forma parte de un plan que comenzó varios meses atrás y que tiene previstas muchas acciones más, hay un sector político que quiere ir limpiando el terreno para adueñarse de todo el poder y su primer paso es destruir a los medios independientes". Inclusive, dijo que "quieren instaurar una dictadura con apariencia de democracia, sin juntas militares".
  Dijo que "estos dolorosos días me han dejado estremecida pero entera, fortalecida por la amarga experiencia de la cárcel. Me han acompañado el amor de Marcela y Felipe y el sentimiento de que este es uno de los momentos más importantes de mi vida: como madre y como directora de Clarín. Quiero contarles por qué".
  Afirmó que se encuentra frente a dos realidades muy distintas. Primero, el deseo legítimo de las Abuelas de saber si mis hijos fueron arrebatados a detenidos desaparecidos. Segundo, los abusos del juez Marquevich. Muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal. Y siempre les he dicho que yo apoyaba la decisión que ellos tomaran. Tienen 26 años, son lo más importante de mi vida, una vida mucho más interesante, afortunada y prolongada de lo que jamás imaginé en mi juventud".
  La directora del periódico porteño dijo que "son chicos muy emotivos, me adoran, pero también son celosos de su independencia, y conscientes de que deben conducir su propia vida. Los adopté cuando ya era grande y estaba sola, y los preparé para que pudieran arreglárselas sin mí. Estoy muy orgullosa de ellos".
  Además, indicó que "saben que yo los adopté de buena fe, en un procedimiento legal y transparente, investigado una y otra vez por la Justicia. Mi adopción fue un acto de amor y de felicidad: ese es un lazo que nos une a los tres para siempre. Y la prisión injusta que he sufrido -primero en la celda y luego en mi casa- reforzó aún más nuestra unión. Ese amor enaltecido por el sufrimiento compartido es lo mejor que les dejo: les da fuerza y confianza en ellos mismos ahora, y también cuando yo no esté". (DyN)


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