En el año 1968 Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña suscribieron el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que prohibía a las potencias atómicas transferir tecnología nuclear a terceros países que no la poseían y establecía medidas para el desarme gradual. Francia y China se sumaron al TNP mucho después, en 1992. Corea del Norte, que no contaba con una tecnología nuclear comparable a la de los países signatarios, se incorporó en 1985. La retirada anunciada por Pyongyang es la primera en la historia del TNP. Los países adheridos al TNP que no poseen armas nucleares tienen prohibido producirlas o comprarlas a otras naciones. Sin embargo, se les garantiza el acceso a tecnología nuclear para su aplicación civil, siempre bajo la supervisión de la Agencia Internacional Energía Atómica (AIEA). El TNP entró en vigor en 1970, y tenía entonces una duración de 25 años. Después de ser ratificado cada cinco años, los 187 países firmantes acordaron prolongarlo por un plazo ilimitado en 1995. En mayo de 2000, las cinco potencias atómicas oficiales -Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China- consensuaron la destrucción de sus arsenales nucleares, pero sin fijar un calendario.
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