Año CXXXVI
 Nº 49.719
Rosario,
sábado  11 de
enero de 2003
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Agotamiento, suspicacias y partes médicos

¿Qué tan enfermo está el Lole? La pregunta parte desde todos los ámbitos, pero sobre todo desde el PJ. Días pasados un estrecho colaborador del gobernador se refirió al presunto "agotamiento físico y moral" en un diálogo informal con La Capital. Aludió precisamente a la última vez que estuvo internado por problemas gastrointestinales: "No te olvides que le hicieron una intervención quirúrgica, pequeña, pero operación al fin".
Ayer otro colaborador completó el cuadro. "Estuvo sometido a mucha presión y a problemas de salud. Una y otra cosa se retroalimentaron. Ahora le tienen que hacer nuevos estudios porque evidentemente no se curó, no quedó bien, o la cosa no es tan leve como nos dicen. Habrá que admitir que si el gobernador no está enfermo, está en la etapa de la sistematización de una conducta, porque ya no se puede aludir ni a la casualidad ni a la coincidencia"
Casualidad, coincidencia o conducta reiterada, ayer la internación abonó una saga que despierta suspicacias. Los inconvenientes climáticos, las fallas mecánicas o sus malestares han conspirado más de una vez para que pueda estar en los lugares donde era requerido con ansiedad.
Durante la gestión de Fernando de la Rúa faltó más de una vez a encuentros clave. Pero sin dudas el estilo Reutemann se patentizó el 30 de diciembre de 2001. Ese día, el presidente Adolfo Rodríguez Saá convocó a los gobernadores a Chapadmalal para solicitarles un crucial apoyo que no recibió. Lole argumentó entonces que no pudo llegar "por un frente de tormenta".
La casualidad vendría el 9 de julio de 2002. El duhaldismo esperaba, en Tucumán, el "sí" a la candidatura. La Casa Gris explicó que un problema hidráulico en el avión forzó un retorno a Sauce Viejo.
El 19 de julio llegó la operación de tendinitis, postergada desde hacía meses, que le generó el benéfico efecto de sustraerlo a una despiadada presión de quienes pretendían que reviera su negativa.
Volvería a ausentarse el 29 de octubre, esta vez del congreso partidario convocado por el duhaldismo, que lo seguía presionando para sea candidato. Cuatro días antes había ingresado a la clínica de Nefrología con un cuadro de gastroenteritis y, desde su cama de paciente, renunció a la vicepresidencia del congreso. El 26 de diciembre no pudo asistir a una reunión de neto corte antimenemista que el presidente convocó en Olivos. Se dijo que el avión en que viajaba debió retornar de urgencia por un desperfecto en el aire acondicionado.
Ayer volvió a quedar internado. Otra vez, desde el lunes, lo esperan en Buenos Aires.


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