Nueva York. - Una intervención militar en Irak provocaría una catástrofe humanitaria de enormes proporciones, según un informe reservado de las Naciones Unidas y que se filtró a la prensa. También la CIA, la central de inteligencia de EEUU, alertó en un documento interno que en caso de guerra la toma de Bagdad podría tener imprevisibles consecuencias, con miles de víctimas civiles como militares. El documento de la ONU, marcado como "estrictamente confidencial" fue obtenido por miembros de la Iglesia Menonita y publicado en un portal de Internet de estudiantes de la Universidad de Cambridge. Según el texto, 10 millones de iraquíes necesitarían ayuda inmediata en caso de guerra. Habría además un millón de refugiados y dos de desplazados, además de unos 500.000 heridos. Pero además, según el cuadro que traza la ONU, brotarían enfermedades epidémicas, ya que la población iraquí -de más de 26 millones- se vería en una situación muy vulnerable en caso de ataque porque quedarían muy afectados servicios básicos como el agua, la electricidad o el transporte. A esto se sumaría la actual dependencia de la población de las ayudas del gobierno iraquí, por una parte, y de los organismos de ayuda humanitaria, por otra, se ha visto exacerbada desde la guerra de 1991, que ha dejado a la mayoría de los iraquíes sin reservas económicas o materiales. Los cálculos de la ONU son que hasta 10 millones de iraquíes necesitarían ayuda inmediatamente después de una intervención militar, más de un millón se convertirían en refugiados, y hasta dos millones se verían obligados a abandonar temporalmente sus lugares de origen para huir de los bombardeos y los combates. Respecto a las víctimas de una posible guerra, el informe de la ONU indica que en la primera fase más de medio millón de personas podrían resultar heridas de gravedad, de las cuales, señala que 100.000 podrían ser combatientes y el resto civiles atrapados en los ataques. La preparación del informe por parte de la ONU, parecería indicar que la guerra en Irak es inevitable. Sin embargo, la ONU se apresuró a aclarar que el informe "forma parte de sus procedimientos habituales para asegurarse de que sus organismos de ayuda humanitaria están preparados para cualquier eventualidad", informó Greg Barrow. Pero no sólo la ONU, también la CIA norteamericana en un informe destaca los peligros que traería la fase final de la guerra: la toma de Bagdad. La agencia se mostró crítica desde un principio al proyecto del Pentágono y del presidente George W. Bush de invadir Irak. Ayer estimó que la toma de Bagdad implicaría el riesgo de una masacre, ya que Saddam podría, al verse rodeado, ordenar el uso de su arsenal químico-biológico para repeler las tropas norteamericanas. Ante esto, EEUU podría responder con el uso de armas atómicas tácticas (las de potencia menor, pero igualmente devastadoras), advierten los analistas de la CIA. Mientras los inspectores de armas seguían ayer su tarea y posiciones iraquíes de defensa antiaérea eran bombardeadas por aviones estadounidenses, una comisión de parientes de víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 llegó a Bagdad para manifestar su oposición a la guerra. Un grupo de norteamericanos que perdieron familiares en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos manifestó en Bagdad su oposición a una nueva guerra contra Irak. Cuatro estadounidenses que integran la Asociación Familias del 11 de Septiembre para un Futuro de Paz, y que están de visita en Irak, ofrecieron una conferencia de prensa en el barrio de Amariya, Bagdad, frente a las ruinas de un refugio antiaéreo donde casi 400 civiles murieron en un bombardeo norteamericano durante la Guerra del Golfo de 1991. Los norteamericanos están en Irak "en este período de gran amenaza para manifestar la esperanza de que termine la guerra y la violencia y que otras familias no sufran pérdidas similares a las nuestras", se lee en un comunicado de la asociación de familiares.
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