Aunque la mayor parte del cobre que se utiliza en la Argentina es importado, las exportaciones de ese metal aumentaron, según el Indec, un 17% en los primeros seis meses del año pasado. Un hecho insólito, ya que en la Argentina prácticamente no se produce cobre y las exportaciones superaron los diez millones de dólares. La clave de estos números está en las denuncias formuladas por prestadores de telefonía y de electricidad que a lo largo del país dieron cuenta del robo de cables conductores de energía, es decir con cobre. La evolución de la venta de chatarra de cobre creció un 31 por ciento en el período julio de 2001 a julio de 2002. Además, se verificó que los volúmenes de exportación fueron acompañado por el ingreso de nuevos operadores en el rubro. La explicación es que la mayoría de las ventas al exterior se llevan a cabo en forma de lingotes y tras procesos de elaboración semitruchos en los cuales se estima que gran parte de la materia prima es cobre robado de empresas energéticas o de telefonía.
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