El presidente Eduardo Duhalde afirmó ser el "garante" de que las elecciones generales se realizarán el próximo 27 de abril, estimó que si éstas se suspendieran sería "un papelón internacional" y señaló que el candidato presidencial del justicialismo saldrá de la "renovación" del PJ. Apurado por los tiempos partidarios, el jefe del Estado se colocó anoche a un paso de volcar su apoyo político en favor de la candidatura del gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner.
En Olivos se reunieron, además de Duhalde y Kirchner, el secretario general de la Presidencia, José Pampuro, y Alberto Fernández, mano derecha de Kirchner en la Capital Federal. El apoyo se haría público antes de este fin de semana. De ese modo, Kirchner se convertiría en el ariete con que el duhaldismo intentará doblegar a Carlos Menem en la próximas internas partidarias.
"Se quedó en la necesidad de construir una nueva instancia con dirigentes jóvenes", dijo Pampuro para evitar referencias concretas al apoyo que el PJ bonaerense le daría al patagónico. La decisión del duhaldismo podría provocar en las próximas horas la deserción de José Manuel de la Sota a su postulación como precandidato. Si bien Pampuro se mostró evasivo, fuentes confiables del duhaldismo dijeron que el apoyo a Kirchner "es decisión tomada y se oficializará antes del fin de semana".
"Quiero ser enfático y claro: las elecciones son el 27 de abril y el presidente es el garante de que las elecciones sean en esa fecha", manifestó antes de la reunión con Kirchner el jefe del Estado, quien se manifestó convencido de que la resolución de la interna justicialista será "muy rápida".
Renovación y cambio
En ese sentido, sostuvo que va a "apoyar a los candidatos que surjan de la renovación" partidaria y explicó que ya "hay dirigentes importantes del país que se están nucleando y plantearán una nueva renovación del PJ, que creo es indispensable".
Sin embargo, volvió a poner en dudas la forma en que se resolverá finalmente la interna, cuando declaró que la elección de los candidatos "es posible, pero no deseable", que la haga un congreso partidario.
"O hay elecciones (internas), que de haberla tiene que ser en fecha (23 de febrero), o si no, la (opción) de neolemas", en alusión a la conocida variante Romero (es decir que cada candidato del PJ pueda presentarse a los comicios con nombre y símbolos partidarios, pero sin sumatoria de votos), explicó, antes de dar una conferencia de prensa en la Casa Rosada, y en un día en que tuvo una inusual exposición mediática.
El primer mandatario sostuvo, además, que el cronograma electoral se respetará a rajatabla y que las versiones sobre una presunta postergación "no tienen ningún viso de verosimilitud" porque ello "sería un papelón internacional".
El jefe del Estado reiteró la necesidad de "dejar paso a las nuevas generaciones" y aprovechó para embestir nuevamente contra su archirrival, Carlos Menem, al señalar: "Estoy convencido que los dirigentes que hemos estado en el candelero, con cicatrices y peleas, debemos dejar paso a nuevas generaciones".
De esa manera, también se volvió a excluir de la carrera presidencial al sostener que "de ninguna manera" piensa presentar su candidatura y dijo: "No sólo he hecho un compromiso solemne (ante la ciudadanía) de no presentarme en las próximas elecciones, sino que lo firmé".
Pese a haber prometido en el último día de 2002 que a partir del 1º de enero dejaría de hablar sobre la interna del PJ, Duhalde pidió que se crea en "la palabra del presidente", y aclaró que el postulante que surja "no es mi candidato, es el candidato de ese sector (de la renovación) que está haciendo consultas".
Sin despejar la intriga, el presidente afirmó que "hay muchos dirigentes importantes: hay gobernadores jóvenes, dirigentes muy importantes de todas las provincias. De allí van a salir los candidatos".
Ante la insistencia periodística, mencionó al actual secretario de Turismo, Daniel Scioli, y al gobernador santacruceño. "Han conversado entre ellos y están constituyendo un equipo para renovar al justicialismo". La reunión en Olivos de anoche dio lugar a una nueva fórmula opcional: Kirchner-Scioli.
Tras asegurar que no creía que quien resulte el candidato del PJ tenga asegurado el triunfo en los comicios generales, aventuró que "habrá una segunda vuelta muy reñida".
En otro orden, Duhalde admitió que la ciudadanía argentina "no" lo apoya, pero consideró que la gente siente que "está un poco mejor" de lo que se imaginaba y, tras afirmar que la Argentina está en "terapia intermedia", advirtió que el país puede "tener recaídas y volver al infierno que pasamos".
"Estamos en el momento de más grande fragilidad institucional de la Argentina histórica. Las institucionales básicas, que son el presidente, los legisladores y los jueces están en los momentos más frágiles, por lo menos en la opinión popular", alertó el jefe de Estado.