| | Bush presenta su polémico plan de estímulo para la economía de EEUU
| Washington.- El presidente estadounidense, George W. Bush, confía en que el paquete de estímulo económico que presentará hoy conducirá a una prosperidad de largo plazo así como a un crecimiento "firme y sostenido" este año, dijo la Casa Blanca. "Es una propuesta que estimulará el gasto de los consumidores, que promoverá la inversión en Estados Unidos y en pequeñas empresas, y brindará ayuda a los desempleados", dijo el portavoz Ari Fleischer un día antes del anuncio. Bush presentará hoy en Chicago el plan, que ya ha despertado críticas de parte de la oposición demócrata, que sostiene que sólo ayudará a los estadounidenses más ricos, específicamente quienes ganan más de 300.000 dólares anuales. El proyecto podría implicar recortes de impuestos por 600.000 millones de dólares en 10 años -incluyendo la eliminación de las tasas sobre los dividendos empresarios pagados a los accionistas- según informes de prensa. Más de un año después de salir de una recesión, la recuperación estadounidense registra altibajos. Es el principal punto negro en el balance de Bush desde el comienzo de su mandato. El desempleo -6% en noviembre- llegó a su nivel más alto en ocho años y el crecimiento habría recaído, en ritmo anual, a 1% en el último trimestre de 2002, contra 4% en el mismo período del año anterior. El plan de reactivación se basa principalmente en nuevas reducciones de impuestos, sobre todo para los particulares pero también para las empresas. Su objetivo es dinamizar los gastos de consumo, que han caído (las ventas de esta Navidad fueron las más flojas en 30 años), y las inversiones de las empresas, que siguen siendo débiles. Este monto de 600.000 millones se sumaría a las reducciones de impuestos por 1,35 billón de dólares en 10 años ya aprobadas por el Congreso a iniciativa de la Casa Blanca a mediados de 2001. La principal medida será, según la prensa, la eliminación de las tasas sobre los dividendos corporativos. Solo esta disposición, que beneficiará a los inversores y a la bolsa, debería costar unos 300.000 millones de dólares al fisco. El programa incluiría también nuevas ventajas fiscales para las familias que tengan hijos a cargo y para las empresas que inviertan. Además, podría incorporar un aumento de la duración de los subsidios de desempleo y de las transferencias de fondos del gobierno federal a los Estados para ayudarlos a financiar programas de asistencia social a los más pobres. Pero los demócratas, y también muchos analistas de mercado, señalan que las desgravaciones sólo ahondarán el déficit fiscal, de unos 135.000 millones, y que reapareció con Bush luego de la era de superávits logrados por el segundo gobierno de Bill Clinton (1996-2000). Se teme que, ante el aumento del déficit, el gobierno emita bonos de deuda para financiarlo, justo cuando el dólar cae y las inversiones extranjeras salen de los mercados financieros estadounidenses.
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