Año CXXXVI
 Nº 49.715
Rosario,
martes  07 de
enero de 2003
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Editorial
Accidentes y controles

El inicio de la temporada veraniega siempre trae aparejado un incremento de los accidentes en las rutas. Las razones suelen ser recurrentes y parecen no encontrar solución en el tiempo. En períodos de estabilidad, se argumenta que obedecen al crecimiento repentino del parque automotor; en tiempos de crisis, a la imposibilidad de exigencias sobre las empresas o bien en el relajamiento de los controles en las rutas por falta de presupuesto. Lo cierto es que la siniestralidad sigue siendo una de las principales causas de muerte en el país y no hay signos de que pueda ser revertida. Precisamente, ayer, la organización civil Familiares y Víctimas de los Accidentes de Tránsito (Favat) indicó que en el transcurso del último año creció en un 32 por ciento la cantidad de muertos por esta causa, con un total de 9.900 personas. Una cifra que vuelve a posicionar a la Argentina, esta vez junto a Sudáfrica, en el primer lugar en la lista de la siniestralidad vial en el mundo. Al mismo tiempo, la Asociación Civil Luchemos por la Vida informó que el 31 por ciento de los choferes profesionales —micros, taxis, camiones y camionetas— en la ciudad de Buenos Aires protagonizaron accidentes en los últimos dos años en una proporción tres veces mayor a las de los no profesionales. Gravita en esto la falta de descanso de los conductores, por ello se reclama desde hace tiempo la implementación de un sistema de postas intermedias, de modo que puedan cumplir con la jornada laboral y la recuperación física. Si se suma la baja capacitación en conducción segura, el otorgamiento de licencias de conducción sin exigencias de idoneidad y la falta de controles y sanciones a los transgresores, se puede descubrir el lamentable cuadro de situación instalado, desde donde surge el triste récord de víctimas.
Si bien el 2002 fue un año excepcional por la profunda crisis vivida, poco a poco el país va recuperando la normalidad y, en consecuencia, sería razonable que se retomen las campañas de prevención y los operativos de control tal como se venían practicando en años anteriores. Por otra parte, en esta temporada ha crecido notablemente el tránsito de turistas en distintos destinos de la Argentina, lo cual obliga a las direcciones y reparticiones de Tránsito municipales y provinciales a cumplir con mayor responsabilidad sus tareas.
Finalmente, el deplorable estado de las rutas y caminos y la escasa cantidad de autopistas predisponen a los accidentes. Se impone, también, una política activa en esta dirección.


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