El hombre que huye de una redada de judíos se salva por un consejo: "Camina, no corras". Una mujer muerta a tiros por los nazis se desploma de una forma grotesca. Las ventanas de una casa donde se esconde un polaco judío están cubiertas totalmente con papeles negros para no dejar escapar el menor rayo de luz.
Al director Roman Polanski, de 69 años, no le gusta hablar en público ni en privado de sus experiencias cuando sobrevivió al Holocausto siendo un niño en Polonia. Sin embargo, en su memoria tiene mucho que contar sobre esos años en una nueva película, "El pianista", basada en la vida de otro hombre, el pianista y compositor judío polaco Wladyslaw Szpilman. La película obtuvo cuatro premios de la Sociedad Nacional de Críticos de Cine de Estados Unidos (ver aparte).
"Camina, no corras", son las palabras que le dijo su padre cuando era un niño, pequeño para su edad, para escapar de una redada en un gueto que culminó en Auschwitz. Fue Polanski quien hizo a sus diseñadores de escenarios cubrir de papeles negros las ventanas porque así lo recordaba de su niñez.
Los críticos creen que esta intensa presentación de las oportunidades de un hombre para sobrevivir a la destrucción del gueto de Varsovia y los asesinatos al azar, la diaria brutalidad y la escasez de lo más básico en esa época podría trastornar una temporada de premios Oscar ya bastante confusa.
La película, filmada en Polonia y Alemania, ya ganó el gran premio del festival de Cannes el año pasado y podría convertir en una estrella al protagonista, el actor estadounidense Adrien Brody, en el papel más importante de su vida profesional. También podría revivir la carrera de Polanski como director, descarrilada por un escándalo sexual que terminó cuando salió de Estados Unidos hacia París para no acabar en la cárcel por haber tenido relaciones sexuales con una adolescente de 13 años.
Polanski filmó sonados éxitos en Hollywood como "El bebé de Rosemary" y "Barrio Chino", pero nunca pudo superar este escándalo ni la tragedia del asesinato de su esposa embarazada Sharon Tate en los famosos crímenes de la "familia Manson".
"El pianista" es la historia de Szpilman, un pianista de radio de Varsovia, uno de los 20 judíos que sobrevivieron a la guerra en la capital polaca, y el argumento, basado en sus memorias de 1946, es todo un recuento de la angustia de sobrevivir. El libro fue suprimido en la Polonia comunista por la forma en que presenta la bondad y la maldad.
Por qué Szpilman vivió mientras tantos otros perecieron no es una pregunta que pueda responderse. La vida entonces era una ruleta gigantesca con muchos, demasiados, perdedores.
De Chopin al horror
La película comienza con Szpilman tocando uno de los tesoros de la civilización occidental, un nocturno de Chopin, en su programa de radio en medio de un bombardeo alemán sobre Varsovia. Szpilman sigue tocando hasta que la fuerza de las explosiones lo desplazan de su piano. El filme termina con el fin de la guerra y Szpilman regresa a tocar a Chopin, ahora vestido de frac y con toda una orquesta que lo acompaña.
Para el papel, Brody, un actor estadounidense de 29 años, prácticamente pasó hambre para interpretar al personaje. "Sentí una gran responsabilidad por la naturaleza de este filme. Roman me hizo pasar hambre. Insistió en que perdiera una gran cantidad de peso para rodar primero las escenas de privaciones. Tuve que perder 14 kilos en seis semanas", dijo Brody.
Añadió, sin embargo, que no fue sólo peso lo que perdió, sino también su apartamento en Manhattan, su automóvil y una relación amorosa, porque nunca se había dedicado con tanta intensidad a un papel.
"Sentí un vacío interior y vi un vacío en el mundo. Hay gente que dice que el carácter de Szpilman es muy pasivo en la película, pero en realidad no era mucho lo que podía hacer. Encontró una vía para sobrevivir. El no era un combatiente ni un soldado", dijo Brody y agregó: "Pero si uno le pregunta a Roman Polanski de qué se trata el filme, les dirá: "Es sobre la esperanza". Roman Polanski es un hombre complejo".