Más de 3.500 kilómetros de ríos y 450 mil hectáreas de lagos poblados de truchas hacen de Santa Cruz un paraíso para los pescadores deportivos locales e internacionales, que llegan a pagar hasta 650 dólares diarios por cada jornada en los exclusivos lodges o cotos privados de la zona.
Artistas famosos, políticos y dirigentes de grandes potencias y hasta astronautas de la Nasa coinciden con deportistas de renombre mundial al momento de elegir un lugar donde lanzar la línea tras las apetitosas y combativas truchas.
Por la cantidad y calidad de salmónidos, las aguas dulces santacruceñas son unos de los lugares favoritos en la Argentina y el mundo.
Mientras los adeptos al fly cast o pesca con mosca -cada vez más numerosos- sólo se llevan en una fotografía el recuerdo de la victoria sobre el pescado, que devuelven al agua, otros prefieren disfrutar gastronómicamente de las exquisitas piezas de hasta 15 kilos que pueden capturarse en esa provincia, donde las truchas fueron introducidas desde Europa, Canadá y Estados Unidos a comienzos del siglo pasado.
La más conocida, la trucha marrón (salmo trutta), se encuentra principalmente en los ríos Gallegos y Santa Cruz, los dos con desembocadura en el océano Atlántico. Por la cantidad y calidad que alcanzan los ejemplares, son los primeros sitios del mundo para su pesca junto con el río Grande, en Tierra del Fuego, donde se marcaron siete récord mundiales.
La trucha marrón es de la variedad anádroma, es decir que migra periódicamente al mar, donde durante un año da rienda suelta a su notable voracidad y, tras dar cuenta de sardinas y pejerreyes, vuelve a remontar los ríos para el desove.
De coloración dorada, dorso marrón, flancos plateados con pintas anaranjadas y vientre amarillento, la trucha marrón es una de las que alcanza mayores portes.
A los dos años de vida sale al mar y regresa de color plateado por la mimetización de sus escamas con las aguas saladas. Un ejemplar de 16,3 kilos logrado en el lago Nahuel Huapi se exhibe embalsamado en el Club de Pesca y Caza homónimo.
El reino de la trucha arco iris
La segunda trucha anádroma en importancia para la pesca es la arco iris (oncorhynchus mykiss), la de mayor distribución en la Patagonia por su gran capacidad de adaptación a las diversas condiciones ambientales. Con espalda verde oliva, lados plateados, vientre blanco y redondeadas manchas negras en todo el cuerpo, se distingue de los otros salmónidos por la banda púrpura de sus flancos.
La arco iris es una pieza muy requerida y presenta una variedad, la steelhead o cabeza de plata, cuyo conocimiento a nivel popular busca difundir ahora la Dirección de Pesca Deportiva de Santa Cruz, dijo Mario Rodríguez, coordinador y asesor del área.
El río Santa Cruz, que atraviesa la provincia de oeste a este, es el único del mundo donde habita la steelhead, que llega a alcanzar un peso de 10 kilos.
"Por ahora, los pescadores de todo el mundo vienen principalmente por la trucha marrón. Y aunque no es tan conocida, la steelhead es más combativa, por la potencia que desarrolla en el medio ambiente que habita", explicó Rodríguez.
También pueden pescarse truchas del lago, introducida erróneamente en lago Argentino, donde devoró a las autóctonas percas, que ahora están protegidas en parques y reservas nacionales. (Télam)
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