Para el criminólogo Máximo Sozzo, la escasa confiabilidad de la estadística policial radica en su doble función como instrumento de gobierno hacia el interior de la tropa policial y como herramienta de relaciones públicas. "Hay una frase célebre en las prácticas policiales que es la de «salir a hacer estadísticas». Esto quiere decir: inflar oficialmente el número de detenciones como un indicador de efectividad. Esa práctica existe. Se usa retóricamente para gobernar la institución, para distribuir premios y castigos", explicó. "La otra función -continuó Sozzo- es demostrar a la comunidad cuán buena es la policía. En cambio, no hay estadísticas que sirvan para distribuir tareas de prevención, a partir de una distribución geográfica de la información al nivel más micro posible, por ejemplo en la ciudad. Esa es una función que la policía tradicionalmente no tiene como política institucional".
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