Un hombre que denunció haber sufrido apremios ilegales en la comisaría 11ª reconoció a dos policías de esa seccional como autores de los abusos, que según se presume se debieron al intento de que la víctima se atribuyera un robo.
Los reconocimientos tuvieron lugar en una rueda de personas, medida que fue ordenada por el Juzgado de Instrucción número 4, que interviene en el caso. Según trascendió, en las próximas horas se dispondrían otros procedimientos similares con personal policial, ya que aún resta individualizar a otros dos efectivos que participaron de los apremios.
La denuncia fue presentada por Mariano Garrido, de 32 años, quien trabaja junto a su padre en una fábrica de productos cosméticos de propiedad familiar. Los policías reconocidos serían de apellidos Agatti y Ramírez. El primero registra antecedentes por otros delitos, de acuerdo a lo que trascendió de fuentes allegadas a la causa.
Asimismo, se comprobó que Garrido había sido anotado en los libros de guardia de la comisaría 11ª como detenido por averiguación de antecedentes, hecho que según se sospecha apuntaría a blanquear lo que fue una detención irregular y sin motivo.
En busca de un bastón
Por su parte, la Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial allanó la sede policial en busca de un bastón -o bate de béisbol- con el que habría sido golpeada la víctima. El procedimiento no dio resultado.\Los hechos ocurrieron el 12 de noviembre pasado, cuando Garrido se encontraba en un quiosco de Ayacucho y avenida del Rosario. En ese momento se presentó un policía de civil -Iagatti, según el reconocimiento- a bordo de un utilitario.\El policía se mostró primero amistoso, pero poco a poco se tornó amenazante. Luego acusó a Garrido por el robo a un matrimonio de ancianos, que fueron despojados de 20 mil dólares en avenida del Rosario 376.\Garrido fue trasladado a la seccional de Lamadrid al 300 bis. Allí, según denunció, fue desnudado y brutalmente golpeado por cuatro policías, que utilizaron un "garrote blanco de goma dura". Los castigos se extendieron hasta que el comerciante cayó desvanecido.