Año CXXXVI
 Nº 49.708
Rosario,
domingo  29 de
diciembre de 2002
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Un año negro para la paz en Medio Oriente

Christian Fuerst

Tel Aviv. - El conflicto entre palestinos e israelíes ha vivido un año más que negro y la violencia se intensificó en las últimas horas. Y las perspectivas para 2003 apenas son mejores. Desde comienzo de año, el ejército israelí mató a más de mil palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania. También 444 israelíes perdieron la vida, la mayoría víctimas de atentados palestinos en Israel. Salvo la pequeña ciudad de Jericó, toda Cisjordania ha vuelto a ser ocupada por el ejército. Además, Israel está construyendo entre los dos pueblos una alta valla defensiva, con la que se quiere proteger en el futuro de los ataques de fanáticos terroristas suicidas, que provocan el pánico en el Estado judío.
La desesperación y la falta de perspectivas reinan en los dos lados. Los territorios palestinos se hunden en la pobreza, la mitad de sus tres millones de habitantes sólo logra ya sobrevivir con ayuda de las organizaciones internacionales. El 70% está desempleado. Pero también Israel vive una fuerte recesión. Los ánimos nunca estuvieron tan bajos como en este Fin de Año.
La demanda israelí y estadounidense de que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se reforme por completo y el rechazo a cumplir con esto de su presidente, Yasser Arafat, deja, en el mejor de los casos, abierta únicamente una vía de negociación en lo referente a la pura supervivencia de los palestinos en el territorio donde están encerrados. Arafat, cuyo cuartel general fue destruido por el ejército israelí en un acto de represalia por una serie de atentados suicidas, prometió en junio a su población que efectuaría grandes reformas en su gabinete, pero nadie, ni siquiera los más próximos al líder palestino creen que se produzca la "reforma.
El año del caos al oeste del río Jordán, un período en el que murieron casi el doble de israelíes como en los 15 meses previos de la Intifada, también ha visto cómo acababa por colapsar el gobierno del premier israelí, Ariel Sharon. Este disolvió en consecuencia la Knesset (Parlamento) y decretó elecciones anticipadas para el 28 de enero. Es decir, podría darse una posibilidad de un nuevo comienzo político. De hecho, el opositor Partido Laborista, que prácticamente ha caído en la insignificancia política tras su participación en el gabinete de Sharon, ha apostado por el campo de la paz al elegir como líder a Amram Mitzna.
Pero todas las encuestas indican que, en el mejor de los casos, Mitzna sólo logrará salvar del hundimiento total a su partido. Pronostican que Sharon, quien en los dos años que ha durado su gobierno no ha logrado atribuirse grandes éxitos políticos, conseguirá sin embargo un fuerte incremento de votos. Y apenas parece probable que Sharon cambie de manera radical su política.
Los observadores israelíes creen que tendría que pasar un milagro para que palestinos e israelíes consigan acercar sus posturas durante el año que viene.
Washington, que junto a los demás miembros del "cuarteto" -la Unión Europea, Naciones Unidas y Rusia- había preparado un "calendario para una solución amplia del conflicto en Medio Oriente", no parece tener ya tiempo para los problemas entre palestinos e israelíes, sumido como está en los preparativos de un posible enfrentamiento militar en Irak. Así que los pocos optimistas que quedan en la región se resignan a esperar a "los tiempos tras la próxima guerra contra Irak". (DPA)


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