Aunque las cifras de desempleo acusaron una caída de casi cuatro puntos porcentuales -del 21,5 al 17,8 por ciento- el gobierno reconoció que la mayor parte de esa reducción respondió a la inclusión de los programas asistenciales dentro de la medición. Fuentes gubernamentales admitieron que sólo el 32 por ciento de los nuevos puestos creados corresponden a un empleo genuino. En tanto, el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos, (Indec), Juan Carlos Del Bello, alertó que esta nueva composición del empleo, motorizada por los planes sociales para jefes y jefas de hogares, significa un incremento de la precariedad laboral. El presidente Eduardo Duhalde admitió que los planes jefes y jefas de hogar desocupados incidieron en la baja de cuatro puntos en la desocupación, pero aseguró que después de octubre ese índice bajó más y "hoy estamos aún mejor". Duhalde se quejó de los medios periodísticos que, según afirmó, "están planteando como si fuera algo malo que los programas (asistenciales) hayan incidido" en el descenso del desempleo, y destacó que con esos planes "en los últimos seis meses se crearon 640 mil puestos de trabajo". Duhalde reiteró que "la actividad económica creció por primera vez en los últimos cuatro años" y si bien admitió que cuando se creó el programa jefes y jefas de hogar desocupados "teníamos en cuenta que iba a tener incidencia en los índices de desocupación. Es lo que buscamos", aseveró. Sin embargo, el director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), Juan Carlos del Bello, subrayó que sin los planes de jefas y jefes desocupados, "el desempleo ascendería a más del 23 por ciento". De todos modos, explicó que el 17,8 por ciento "no es un índice mentiroso sino que hay otra composición del empleo", y puso de relieve la existencia de una "mayor precariedad laboral". En la misma línea, el secretario de Industria, Dante Sica, consideró como "lógico" que en el sector haya habido "una caída en el nivel de empleo", porque remarcó que a pesar de la leve recuperación de los últimos meses, la producción industrial "cayó este año casi el 16 por ciento" en comparación con 2001. Por su parte, el viceministro de Economía, Oscar Tangelson, reconoció que es preciso "reconstruir un proceso productivo generador de trabajo", porque si bien los programas asistenciales contribuyeron a disminuir la desocupación, "desde ningún punto de vista se los puede pensar como planes que puedan solucionar problemas de largo período", como la pobreza y la indigencia. "El 32 por ciento de los puestos creados, corresponden a trabajo genuino", indicó Tangelson, quien también admitió que en los últimos seis meses hubo una creación apenas de "350.000 puestos de trabajo". En tanto, Del Bello precisó que en Capital Federal y el conurbano bonaerense "más de 624.000 personas se incorporaron a la legión de pobres, de los cuales 332.000 son indigentes". El funcionario señaló que "si no hubieran existido los planes de empleo, 600.000 de esos 624.000 pobres, sería indigentes", y si bien afirmó que "el programa mitigó la indigencia", subrayó que "no fue suficiente para reducir los índices de mayo". En ese sentido, indicó que sin el plan de jefes y jefas la indigencia hubiera alcanzado al 27 por ciento, no obstante lo cual puntualizó que ese índice igualmente aumentó, del 22,7 al 24,7 por ciento. En la misma línea, destacó que el valor de la canasta básica promedio de los hogares indigentes "era en abril de 307 pesos y en setiembre fue de 408". En el mismo orden, indicó que los ingresos de los hogares aumentaron "en forma mucho más lenta" que lo que aumentó la canasta de alimentos y la de bienes y servicios. "Si mejoran los salarios del sector formal, es la única forma de acortar la brecha entre el valor de la canasta y el ingreso medio de los hogares", completó el funcionario.
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