Año CXXXVI
 Nº 49.708
Rosario,
domingo  29 de
diciembre de 2002
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Entrevista. Lole dijo que si aceptaba candidatearse lo hubieran "hecho bolsa"
"El único que puede mandar a Menem a su casa es el voto"
Reutemann apuesta todo a dejar una provincia ordenada. "No tendré ningún delfín", reveló.

Mauricio Maronna / La Capital

Carlos Reutemann tiene una obsesión: dejarle a su sucesor una provincia ordenada. En una extensa entrevista con La Capital, el gobernador reiteró que las elecciones del PJ son la única forma de legitimar un candidato, merituó que si hubiera aceptado ser postulante presidencial "hoy estaría hecho bolsa" y se mostró horrorizado con quienes quieren sacar de la cancha a Carlos Menem por otro método que no sea el de las internas.
El Lole, aunque cuide las formas y evite las adjetivaciones, está muy molesto con Hermes Binner, quien lo acusó la semana pasada en Firmat por la trágica represión del 19 de diciembre de 2001. Por si quedaban dudas sobre la sucesión en Santa Fe, dejó flotando una sentencia: "No tendré ningún delfín".
-Se termina un año terrible desde todo punto de vista. ¿Cuál es su balance?
-Es el período más critico de los últimos 100 años de la Argentina; nos tocó vivir el peor de los momentos. Pero trazando una línea comparativa con el 29 de diciembre del año pasado, terminamos con algún grado de previsibilidad mayor. Pese a la crisis, estamos mejor, aunque persisten las incertidumbres en el terreno político.
-¿Duhalde logró aquietar un tanto las aguas?
-Si comparamos la gestión Duhalde con la gestión De la Rúa, tomando como fecha de referencia el 29 de diciembre, evidentemente es más favorable la administración del actual presidente. Desde el punto de vista social, pese a la continuidad de la crisis, se descomprimió la tensión. Los planes jefes y jefas de hogar (la provincia tiene 190 mil y Rosario más de 60 mil) ayudaron a descomprimir. Y se vislumbra, pese a que Argentina no está pagando los compromisos internacionales que contrajo, que existe una cierta reactivación económica, cuya locomotora es el sector agroalimentario. También contribuyó la estabilidad cambiaria, cuando todos los gurúes apuntaban a un dólar de 8, 9 o 10 pesos.
-Extraña paradoja: la situación mejoró, pero ningún candidato mueve el "amperímetro".
-La gente está esperanzada en que aparezcan figuras nuevas que despierten consenso. Pero los candidatos son los que aparecen en la escena y, evidentemente, todavía no se definió la grilla. Miremos al radicalismo: están en medio de una turbulencia tremenda, ni siquiera saben quién ganó. Y en el peronismo ni siquiera se sabe si las elecciones serán el 23 de febrero, tampoco se conocen las propuestas de los candidatos. Ese puede ser el motivo por el cual nadie tiene más del 16 ó 17% de intención de voto.
-Sus dichos a favor de que haya internas generaron un revuelo enorme.
-Insisto, lo histórico es que en el PJ siempre se dirimieron las cosas en base a una interna.
-Hace dos años, cuando Menem estaba en el peor de los infiernos, usted decía que los analistas se equivocaban y que iba a ser muy difícil ganarle una interna al ex presidente.
-Mi impresión sobre Menem está vinculada a su deseo de competir, y él sigue firme en eso. Lo tendrá que convalidar una elección interna y una general. Menem apuesta a salir convalidado por el voto popular. Yo siempre dije, aun cuando todo el mundo sostenía que era un cadáver político, que Menem iba a pelear hasta las últimas consecuencias. El único que puede mandar a Menem a su casa es el voto popular.
-¿Qué siente desde lo íntimo cuándo todas las encuestas dicen que usted sería presidente con sólo decir "sí"?
-Eso es relativo, miro las encuestas con precaución. Si yo hubiera dicho que "sí" el 10 de julio, hoy estaría derrumbado por alguna situación...
-Pero siempre esperará hasta el último segundo...
-(Interrumpe). No, no, no. No varié nunca mi posición pese a que tuve embates de todo tipo. Reitero: si hubiera sido candidato, hoy estaría derrumbado.
-Pero el duhaldismo insiste en que salga a pista.
-Se lo dije a Duhalde muy claramente en la cocina de Olivos, un día muy temprano. El me pidió: "Esperá una semana más, no cerremos las puertas". El presidente trató de ganar tiempo para que yo acepte. Quiero entregarle al futuro gobernador una provincia en las mejores condiciones. Mi compromiso es con los santafesinos, me quedo a vivir acá y mis conprovincianos me van a encontrar en los mismos lugares de siempre. Me voy a morir y me van a enterrar acá.
-¿Va a retener la conducción del PJ provincial?
-Lo dirán los afiliados.
-¿Es viable una reforma a la Constitución?
-Descártelo. Cuando se habló de eso entraron a jugar cuestiones partidarias muy fuertes. No podemos sentarnos ni a conversar porque todos tienen posiciones irreductibles. La oposición no se sienta si no se deroga la ley de lemas y el PJ no dialoga si se pone en discusión el sistema. ¡No pueden ni sentarse a conversar!
-¿Le sorprende que la corporación política resista la reducción de los Concejos Municipales pese a que la gente está de acuerdo?
-No sentí clamor popular ni vi una plaza llena de gente aplaudiendo porque habrá menos concejales. Esperaba que la sociedad se manifieste, pero me quedé solo... Me quedé con todas las puteadas de los políticos.
-¿Va a tener un "delfín" para la Gobernación?
-A mí me tocó gobernar la peor Argentina. Espero que el próximo gobernador encuentre otro panorama, no creo que el 2004 sea tan complicado, supongo que lo peor ya pasó. Yo asumí con tantas ilusiones... Pero el país entró en tirabuzones, maremotos, terremotos, tifones, una cosa de locos. Por suerte tuve espaldas para aguantar el peso de la crisis. Los que quieran ser candidatos tienen que tener determinación, convicción y espíritu de sacrificio. No habrá ningún "delfín". Todos los que quieran tendrán que competir en igualdad de condiciones.
-Pese a su cadena de "nones", muchos no entienden los verdaderos motivos. Ese ya mítico: "Vi algo que no me gustó...".
-Fueron pequeñas cosas que, entrelazadas, se convierten en una causa importante. No hay un motivo único. ¿Usted sabe que andan diciendo que me habían amenazado? Bueno, no es cierto, no hubo amenazas. Aparecer en medio de una disputa tan tremenda como la de Menem y Duhalde me ponía en una posición incómoda, fue una de las tantas cuestiones.
-El "sí" se lo reserva para otro momento...
-La oportunidad de ser presidente pasa una única vez.
-Gobernador, ya le cerró tres veces la puerta...
-(Se ríe). Sí, esta vez pasó extremadamente cerca.
-¿Qué fórmula le gusta en el PJ nacional?
-No se conocen demasiado los proyectos como para sentar posición.
-El que no le gusta nada es Rodríguez Saá.
-(Larguísimo silencio). No tengo nada en su contra. Nunca pensé en desestabilizarlo en Chapadmalal, como él dijo. No pude llegar porque tuve un frente de tormenta; se habló con gente de Saá para trasladar la reunión al día siguiente, a las 9. Me pareció trágico que haya renunciado pudiendo esperar siete u ocho horas más para hacer la reunión. Yo no participé de ningún golpe palaciego para que se caiga.
-Solá dice que el reutemismo es una patología: usted no opina, se encierra en el medio del campo y logra que todos hablen.
-Es mi forma de ser. No me gustan algunas metodologías que rigen la política argentina.
-Pero es extraño que la gente tenga como candidato preferido al que dice "no".
-Si decía que "sí", tal vez ahora estaría hecho bolsa. No tengo una varita mágica para resolver todos los problemas. Pero le digo algo: la persona que genere confianza tiene ganada buena parte de la pelea.



"Por suerte tuve espaldas para aguantar la crisis", dijo. (Foto: Marcelo Bustamante)
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