Aunque Rivas terminó condenado, el secuestro del empresario José Ricardo Díaz Franco nunca se aclaró del todo. Durante el juicio se probó que Rivas, ahora de 40 años, era quien se comunicaba con la familia Díaz Franco para exigir el pago del rescate, pero otros aspectos del caso aún son un gran misterio. Por empezar, la víctima jamás apareció, ni vivo ni muerto. Al juez Kesuani le enviaron alguna vez una carta anónima donde se afirmaba que lo habían asesinado y hasta se decía que esto ocurrió en una isla del río Paraná frente a las costas rosarinas. El autor, cuya identidad nunca se conoció, habló incluso de un sicario que supuestamente fue contratado para eliminar al empresario que vino desde una provincia lejana del noroeste argentino. Nada de esto se pudo probar y aunque hubo algunas excavaciones el cadáver no apareció. Rivas siempre negó su participación en el secuestro.
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