El anuncio del nacimiento del primer bebé clonado -aún no probado- realizado por el laboratorio Clonaid con sede en Las Vegas, Estados Unidos, "no significa mucho desde el punto de vista biológico, y es sí una falta ética desde el punto de vista médico", consideró ayer Lino Barañao, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). "Este anuncio no significa mucho desde el punto de vista biológico, porque la reproducción en forma asexual está confirmada desde el nacimiento de la oveja Dolly, en 1997. Pero desde el punto de vista médico es una falta seria a la ética", dijo Barañao. Explicó que "esta técnica está lejos de ser óptima. Los animales nacidos por clonación presentan anomalías que, en muchos casos, provocan su muerte al poco tiempo de nacer. Y se puede presumir que el mismo tipo de alteraciones se presentarán también en los humanos". "No hay ningún motivo médico para intentar ahora la clonación reproductiva y ninguno de los circuitos académicos serios está en ese camino. Esto es una operación publicitaria. Este grupo (los raelianos) intentó lograr fama internacional y probablemente un lucro directo a través de la venta de la noticia. Es una fantochada", aseguró Barañao. Por su parte, Santiago Brugo Olmedo, especialista en Medicina Reproductiva y director médico del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción de Buenos Aires, institución dependiente de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Maimónides y la Universidad de Belgrano, manifestó que "la comunidad científica mundial se ha expresado en contra de la clonación humana reproductiva. Sólo subsisten intentos de grupos de aventureros, como los raelianos que tienen su propia clínica y pretenden darle un cariz médico a este método, o un tinte mediático al estilo del italiano Severino Antinori, conocido popularmente como doctor clon", dijo. "En animales pequeños como los ratones la clonación reproductiva demostró ser relativamente eficiente, pero cuando se intenta esta técnica con animales grandes, más complejos, como las vacas, ovejas, caballos y monos, resulta altamente ineficaz e insegura", especificó el médico. Lo único que se consigue "es formar escasos embriones, con una capacidad de implantación en el útero mínima; las chances de abortar son muy grandes y la mortalidad fetal y las probabilidades de malformaciones congénitas son enormes", afirmó. "La idea de crear una persona a imagen y semejanza de su padre o madre puede tener diversas motivaciones, pero ninguna de ellas relacionada con la práctica médica", dijo. Según Brugo Olmedo, "tampoco hay aquí posturas contrapuestas entre ciencia y religión: el saber científico es una virtud y una necesidad de la humanidad, no un recurso deshumanizado y aséptico". (Télam)
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