La política en Salud ha sido objeto de polémicas en cuanto a la distribución de los fondos, tanto a nivel nacional y regional. Los vicios de la inversión determinaron desequilibrios estructurales que se trasuntan en una sobreoferta de médicos y la carencia de otro tipo de personal especializado, como los enfermeros. Sin embargo, éstos tampoco tienen una buena demanda laboral porque los médicos terminan realizando tareas que les competen a aquellos.
A esa situación se agrega que el modelo de atención de la salud ha privilegiado desde hace décadas el desarrollo de las actividades centradas en la especialización y el uso de la alta tecnología en detrimento de los programas de promoción y prevención, y del desarrollo de redes de atención primaria, que es la que demanda mayor atención personalizada de los pacientes.
Según datos oficiales de la cartera sanitaria nacional, en el país, por cada 10 mil habitantes hay unos 27 médicos, 5,4 enfermeras 1,2 parteras, 6,6 odontólogos y 3,2 farmacéuticos. El número de establecimientos con internación asciende a 3.310 con 155.749 camas o sea 4,31 camas por mil habitantes.
Sin embargo, la concentración de los servicios hace que mientras en las grandes ciudades la oferta de profesionales está saturada, en las zonas de menos densidad poblacional hay marcadas carencias, una cuestión determinada por los costos y también por la ubicación de los establecimientos donde se forman los profesionales.
El gasto en salud de la Argentina bajó de 650 a 184 dólares per cápita como consecuencia de la devaluación, según admitió ya en agosto último Rubén Torres, superintendente de Servicios de Salud de la Nación. "Los ingresos de la seguridad social cayeron más del 8 por ciento en el último año por la crisis y el aumento del desempleo", reconoció el funcionario nacional y señaló que la inversión cayó en un 15 por ciento este año al pasar de 23.900 millones de pesos en 2001 a 20.300 millones en 2002. Además, esos fondos tuvieron un rendimiento considerablemente menor porque los precios en dólares de medicamentos, insumos e infraestructura sanitaria, aumentaron hasta 360 por ciento tras la devaluación.
Recursos en Rosario
En los hospitales municipales rosarinos trabajan 842 médicos de planta y contratados y 872 enfermeros. Mientras los organismos internacionales indican que la relación debe ser de cuatro enfermeros por un médico, en Rosario, como en todo el país, la falta de personal de enfermería es notoria.
Según la Secretaría de Salud Pública municipal hay 498 camas de internación (Heca 155, Vilela 96, Sáenz Peña 85, maternidad Martin 54, Alberdi 28, e Ilar 19).
Sobre esta disponibilidad hospitalaria, Alicia Arona -de Estadísticas de Salud Pública municipal- dijo que la ocupación global de las camas se estima en un 85 por ciento, dato que varía según las épocas de año y de las especialidades de cada centro asistencial.
Los hospitales de alta complejidad son los que reciben mayores porcentajes de enfermos de las otras ciudades. En Ilar hubo un 35 por ciento, en el Heca y el Hospital de Niños Vilela, alcanza el 20 por ciento, aproximadamente.
Desde la Dirección General Administrativa del sector hospitalario municipal, Gustavo Asegurado dijo que la inversión en personal -el 66 por ciento- "es la apropiada para un servicio caracterizado por una mano de obra intensiva". El funcionario destacó que la atención sanitaria requiere de un trato personal en el cual el tratamiento de los pacientes exige la participación de varios agentes, entre enfermeros, médicos, paramédicos y administrativos. Una parte del gasto importante tiene que ver con la atención alimentaria (alrededor de 1.600.000 pesos) del personal de guardia, internos, los pacientes y sus acompañantes.