La presión fiscal vuelve a dar una nueva vuelta de tuerca sobre los sectores agropecuarios, a través del paquete de leyes impositivas que avanza al galope en el Parlamento nacional, a pesar del fuerte rechazo de las entidades que representan al sector.
La Cámara de Diputados convirtió en ley durante la noche del miércoles último la rebaja de la alícuota del IVA al 10,5 por ciento, dio media sanción a la eliminación de los planes de competitividad, aplicó el pago del impuesto a las ganancias sobre los reintegros a las exportaciones, como partes de un impuestazo por mil millones de pesos destinado a equilibrar las cuentas públicas.
En rigor, el paquete impositivo golpeará más allá del agro, porque también se prorrogó hasta fines de 2004 el impuesto al cheque y se elimina un beneficio que permitía reducir los aportes patronales con pagos de IVA. Pero el impacto sobre el hombre de campo adquiere una magnitud especial, si se tiene en cuenta que desde principios de año la actividad viene sufriendo una retención del 20 por ciento sobre las exportaciones, y que puede ser muy perjudicada por el ajuste de los balances por inflación, un punto que fue tratado en la Cámara baja pero levantó mucha polvareda, por lo cual fue derivado para su tratamiento en comisión.
La alícuota de la discordia
La reducción al 10,5 por ciento de la alícuota del IVA para las ventas de los productores agropecuarios, que ya es ley, fue una definición que disparó las más ásperas reacciones de parte de la dirigencia del sector. El argumento de la iniciativa tiene su lógica, porque una alícuota elevada del impuesto se convierte en un imán para la evasión, pero la solución es criticada porque el IVA deja de tener efecto neutro. El hombre de campo pagará sus insumos con el 21% y sólo podrá recuperar la mitad.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Manuel Cabanellas, se apresuró a pedirle al jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, un veto que habilite una mesa de discusión en la que se pueda discutir "con seriedad" la neutralidad del tributo.
Cabanellas dijo que "el tributo es confiscatorio" y advirtió que "el aumento de la presión tributaria va a terminar frenando la reactivación que impulsa el campo, sobre todo en el interior del país". El directivo ruralista admitió que el IVA diferencial es una fórmula que funciona en otros países, pero planteó que "es una cuestión de confianza", porque no se cree que el Estado vaya a devolver puntualmente los saldos impositivos que acumulen los productores".
También la Bolsa de Comercio de Rosario salió a atacar la modificación porque implica una pérdida de la neutralidad del IVA y planteó que se convertirá en "un nuevo elemento distorsivo" de la actividad.
El presidente de la Bolsa, Federico Boglione, advirtió que "el productor no podrá compensar con sus compras créditos contra débitos fiscales, y se les generarán permanentemente saldos técnicos a favor que difícilmente podrá recuperar mediante su aplicación al pago de otros tributos". Ese crédito se convertirá en un costo más para el productor y pesará más en la medida que se realicen mayores inversiones, desalentando la actividad.
Según Boglione, "el resultado será más perjudicial en las zonas marginales, donde el efecto flete y los menores rindes harán que se agudice la inequidad y las explotaciones queden fuera de competencia".
2La alícuota diferencial es en definitiva un nuevo impuesto que afectará el avance tecnológico, la expansión del área de la producción y el nivel de riesgos, ya que cualquier desastre climático o de otra índole incrementará el IVA perdido", completó el directivo.
Primer set: seis a dos para el gobierno
En su última sesión, la Cámara de Diputados aprobó seis cambios sobre las leyes impositivas pero afrontó el rechazo de dos propuestas que integraban su reforma tributaria destinada a obtener ingresos extra por mil millones e pesos anuales.
Además del IVA agropecuario, los legisladores dieron media sanción a otras iniciativas:
u Planes de competitividad: La eliminación de los planes del ex ministro Cavallo significa que se perderán rebajas en el impuesto a la ganancia mínima presunta. Para acceder a este beneficio los productores debían estar registrados en un padrón y se desconoce a ciencia cierta cuál será el impacto real sobre el sector. De todas formas, el Congreso finalmente resolvió darle facultades al Poder Ejecutivo para que resuelva qué beneficio se mantendrá y cual no.
u Aportes patronales: El proyecto redujo un punto y medio de los porcentajes de los aportes que se podían computar a cuenta de IVA, gracias al decreto 814 del 2001.
u Impuesto al cheque: La Cámara baja prorrogó por dos años el impuesto a las transferencias bancarias. El proyecto, que fue girado al Senado, extiende el gravamen hasta el 31 de diciembre de 2004.
u Ganancias sobre reintegros: El justicialismo, con apoyo de parte de la UCR, también logró sancionar un proyecto que extiende el cobro del impuesto a las ganancias a los reintegros de las exportaciones.
Otros dos proyectos legislativos no pudieron ingresar al carril verde y fueron derivados para ser tratados en comisión:
u Modificación del ITC: Las dudas de los legisladores sobre el impacto que tendría en el precio final impuso que la propuesta regresara a comisión para ser revisada y, así, se postergó indefinidamente su aprobación.
u Rebaja de Ganancias: La reducción de la alícuota del 35 al 30 por ciento que supuestamente debe compensar la depreciación del capital de las empresas por efecto de la inflación también entró en una impasse. Legisladores lo consideraron insuficiente y reclamaron una disminución en consonancia con el nivel de suba de precios, por lo cual la iniciativa volvió a comisión.
Una opción al ajuste por inflación
La dirigencia agropecuaria planteó a los legisladores de la comisión de Agricultura que se efectúe una valuación de "existencias iniciales" para dejar de lado el ajuste por inflación y evitar el pago de ganancias ficticias.
Esta propuesta se volcaría en un nuevo proyecto de ley y permitiría en la liquidación de ganancias de 2003 valuar existencias a los mismos valores monetarios que las existencias finales.
El presidente de CRA, Manuel Cabanellas, lo explicó con un ejemplo: "Si un productor conserva 100 novillos que ya tenía en en diciembre de 2001 (existencia inicial) a los efectos del impuesto a las ganancias, podría valuarlos a los precios actuales sen que lo obliguen a tributar por la ganancia ficticia representada por la diferencia".
El sistema se aplicaría por única vez y, según el dirigente ruralista, "no favorecerá la evasión porque la existencia inicial se tomaría de las declaraciones impositivas ya presentadas el año pasado, sin opción a abultar las cifras".
La Ciudad
