La pantalla chica siempre tuvo mujeres jóvenes en las telenovelas, pero no tanto. Por ejemplo, Soledad Silveyra en "Rolando Rivas, taxista" ya tenía 28 años en 1972 cuando interpretaba a la caprichosa y adinerada Mónica. Marilina Ross, cuando hizo "Piel Naranja", con Arnaldo André en 1975, tenía la misma edad que Solita. La excepción a la regla fue Andrea del Boca, quien protagonizó su primera telenovela, "Andrea Celeste" (1979) a los 14 años. Algunos también recuerdan a María de los Angeles Medrano en "Carmiña", algo así como el monumento al llanto. Pero ya estos nombres son historia en el género. Silveyra cada día se mete más en la casa de "Gran Hermano", Andrea reapareció fugazmente en "El sodero de mi vida", y Medrano, bien, gracias. Haciendo un repaso más detallado desde la década del 60 hasta la actualidad se puede observar que siempre se trató de deslumbrar al espectador con rostros bellos, incluso relegando actrices consagradas. Allá por 1964, cuando se emitió "El amor tiene cara de mujer", la novela tenía un seleccionado de estrellas pero Bárbara Mujica era el rostro fetiche de la tira. Pero los rostros aniñados, pegaron más aún. En el 69, Cristina Alberó sorprendió con "Mini, el ángel del barrio"; un año después, Alejandra Da Passano era la "Muchacha italiana que viene a casarse" con Rodolfo Ranni, y en los primeros 70 Gabriela Gili le daba candor con su ojos transparentes al "Malevo" Rodolfo Bebán. Los ejemplos pueden seguir con María Leal ("La pecosa"), y hasta se podría incluir a Araceli González, con pelito corto a lo Demi Moore en "Ghost", en "La banda del Golden Rocket".
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