Washington. - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dio órdenes a su ejército para que comience a desplegar el sistema nacional antimisiles con 10 lanzacohetes interceptores en la base de Alaska, desde ahora y hasta el año electoral de 2004, según los anunció la Casa Blanca en un comunicado. La decisión llegó pese al fracaso de la última prueba antimisiles realizada en el Pacífico y una semana después de que Corea del Norte anunciara que reabría un polémico programa de desarrollo nuclear. Bush retomó así la propuesta del ex mandatario Ronald Reagan conocido como Guerra de las Galaxias.
"El 11 de septiembre de 2001 puso de relieve que nuestra nación enfrenta amenazas sin precedentes en un mundo que ha cambiado desde la Guerra Fría", afirmó Bush en el comunicado leído por su vocero Ari Fleischer. "Cuando asumí el cargo, me comprometí a transformar la estrategia de seguridad de Estados Unidos y su capacidad de defensa para enfrentar las amenazas del siglo XXI", agregó Bush.
"Hoy me complazco en anunciar que daremos otro importante paso para enfrentar esas amenazas, comenzando a desplegar elementos de defensa antimisiles para proteger a Estados Unidos así como a nuestros amigos y aliados", señaló el presidente. "Estados Unidos tomará todas las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos contra lo que puede ser su mayor riesgo: los males catastróficos que podrían ser provocados por Estados hostiles o grupos terroristas dotados de armamentos de destrucción masiva y de los medios para utilizarlos", agregó.
Versión "modesta"
La orden dada por Bush concierne el despliegue de diez misiles interceptores que serán instalados de aquí a 2004 en la base Fort Greely, de Alaska, y de otros diez que estarán funcionando hacia 2005 o 2006, según precisó un funcionario norteamericano horas antes de la lectura del comunicado. Bush comentó, además, que esta "modesta" versión incluirá también misiles interceptores instalados en el mar así como sensores -que detectan instantáneamente cualquier disparo de uno o más misiles contra Estados Unidos- basados en tierra, mar y en el espacio.
Tal como lo confirmaron luego el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, y el jefe del Estado Mayor, Richard Myers, el objetivo es tener para el 2004 diez misiles de intercepción con base en tierra en Alaska, como primera medida.
El sistema inicial de Bush será más limitado que el que una vez proyectó Reagan, pero aún así mayor que el que se previó durante el gobierno de Bill Clinton. Utilizará tecnología ya existente, como los destructores Aegis y misiles PAC-3 Patriot, unidos a nuevas capacidades que buscarán destruir misiles en pleno vuelo. "Estados Unidos estructurará nuestro programa de defensa antimisiles de forma de que favorecerá la participación industrial de otros países", afirmó el vocero de la Casa Blanca quien añadió que se buscarán acuerdos con Gran Bretaña y Dinamarca para mejorar sus radares de alerta temprana.
Fleischer explicó que el anuncio no tiene nada que ver con la reciente admisión norcoreana de que posee un programa para enriquecer uranio y fabricar armas nucleares, pero recordó que Bush calificó de "amenaza" a Corea del Norte cuando prometió construir el sistema antimisiles durante la campaña electoral.
La autorización de Bush al llamado sistema o escudo de defensa antimisiles llega una semana después del fracaso de una prueba en la que un misil interceptor no logró hacer blanco en otro proyectil de largo alcance. Sobre un total de ocho pruebas del sistema basado en tierra realizadas desde 1999, tres fueron consideradas exitosas por el ejército estadounidense.
Rusia y China se oponen firmemente al proyecto estadounidense, principalmente luego de que Washington renunciara este año al Tratado Antimisiles Balísticos (ABM) firmado en 1972 con Moscú, que prohibía el despliegue de tal sistema.
El plan de Bush es más limitado que la iniciativa de Reagan, pero de todos modos, Bush amplió significativamente el programa en comparación con el plan de base terrestre de Clinton, al ordenar también realizar investigaciones y ensayos sobre sistemas basados en mar y en el espacio. La ambiciosa iniciativa de Reagan nunca se concretó porque no existía la tecnología necesaria para interceptar misiles en vuelo, pero los avances tecnológicos de los 90, sumados a la prueba por parte de Corea del Norte de un misil intercontinental en 1998, dieron nuevos impulsos al proyecto.
Por otro lado, el Reino Unido y Dinamarca confirmaron esta semana que Washington les había enviado una solicitud para instalar un complejo de radares en sus respectivos territorios en el marco del despliegue del paraguas antinuclear estadounidense. (Reuters, DPA y AFP)