| | El Fondo recibe presiones para cerrar el acuerdo con Argentina
| El presidente Eduardo Duhalde se mostró optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con el FMI al considerar que en una escala de uno a diez, está en "ocho" la chance de conseguir esa meta. Sin embargo, relativizó el papel de la misión del organismo que trabaja en la ARgentina y que hoy, tras reunirse con el ministro Lavagna, emprenderá su regreso a Washington. "La misión trabaja sobre detalles técnicos", dijo. Las declaraciones de Duhalde se produjeron en medio de una fuerte presión de los líderes de los países del Grupo de los Siete (G-7), encabezados por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a las que se sumó el presidente del gobierno español, José María Aznar, para que el FMI rubrique un acuerdo con la Argentina que impida que el país caiga en "full default" con los organismos multilaterales de crédito. Fuentes oficiales aseguraron que los miembros de la misión del FMI, que lidera el subdirector del Departamento Occidental del organismo, David Dodsworth, cambiaron el enfoque de las negociaciones, y si bien reconocieron que el acuerdo no se cerrará esta semana, señalaron que las presiones del G-7, como accionistas del FMI "son muy fuertes". En la misma dirección, fuentes del FMI citadas por la agencia italiana de noticias "Ansa" aseguraron que las intensas gestiones que están llevando adelante varios de los países que conforman el G-7 ante el Fondo Monetario "deberían llevar al anuncio de un acuerdo" con Argentina "para fines de esta semana". La batalla por el acuerdo se da en todos los niveles. A los llamados que Aznar y Berlusconi hicieron a Horst Köhler, se sumaron otros países industrializados que reclamaron explicaciones "por escrito" al jefe del Fondo, respecto de las causas por las cuales no se cierra un acuerdo con argentina. En la misma sintonía, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, gestiona ante el FMI la posibilidad de avanzar en un acuerdo con Argentina, según admitieron desde Washington fuentes de esa entidad. En tanto, las asociaciones que nuclean a inversores en bonos de deuda de mercados emergentes arremetieron contra la subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger, y su plan de bancarrota para los países que entraron en default. Desde Washington, John Lipsky, economista jefe del JP Morgan, señaló que terminó la recesión en Argentina "antes de lo anticipado" y que "las mejores perspectivas para la región están en ese país y Brasil". Para contrapesar, la consultora Moody's aseguró que la banca argentina seguirá siendo problemas, mientras que la agencia Dow Jones citó a funcionarios del FMI que señalaban que la misión que trabaja en Argentina había "descubierto" un déficit de 2.500 millones de dólares en el presupuesto 2003. También la Corporación Financiera Internacional (CFI) expresó su preocupación por los incumplimientos de Argentina con el Banco Mundial. De concretarse, el acuerdo en el que trabajan por estas horas los funcionarios del Palacio de Hacienda y los técnicos del Fondo es del tipo stand-by y, si bien algunas fuentes consideran que será "corto", con una duración de seis meses. Sin embargo trascendió que el entendimiento no incluirá nuevos desembolsos, sino que se trata sólo de una reprogramación de los vencimientos, aunque en la realidad habilitará la posibilidad de que la Argentina se ponga al día con los vencimientos caídos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para obtener así fondos frescos. Por medio de estas gestiones, se daba por descontado en Washington un cambio de clima, aunque aseguraban que tanto el director Gerente del FMI, Horst Köhler, como la subdirectora, Anne Krueger, mantenían aún algunas resistencias de acuerdo.
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