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Ingresos brutos, brutos

Resulta paradojal que un impuesto que la provincia se comprometió a derogar en el año 1993 en el llamado pacto fiscal vaya a ser recaudado por débito forzoso en las cuentas bancarias del contribuyente. Sabido es que el impuesto a los ingresos brutos como su nombre lo indica es "bruto", pues no respeta la capacidad contributiva de los contribuyentes y que debe ser trasladado al precio de las cosas, estando oculto en él, y así cae sobre el vendedor o el prestador la responsabilidad ante el pueblo por los elevados precios de ellos. Pretender que se debite de las cuentas bancarias en forma forzosa una parte de la cuota mensual del ingreso es una medida totalitaria y fascista, clara e indiscutiblemente, pues sin la voluntad del contribuyente la Administración se hace de fondos de propiedad de aquél. Es probable, además, que el contribuyente pueda tener prioridades en el uso de su recaudación o por lo menos manejar los tiempos y la cobranza de manera que el giro de su negocio no colapse, más en esta época tan difícil a la que nos han llevado los mismos sujetos que hoy pretenden doblegar al pueblo mediante el cobro en forma inquisitiva de impuestos absurdos. De nada vale que se cite otras provincias, pues los malos ejemplos no deben ser imitados. Altos impuestos más arbitrariedad en la fiscalización y ahora cobro inquisitivo a través de débitos forzosos en las cuentas bancarias producirán más pobreza precisamente en los sectores humildes, derivando mayor riqueza a los sectores privilegiados que hoy ostentan el poder político. Nunca imaginé que un ministro como el actual pudiera patrocinar este sistema de recaudación totalitaria que contraría el espíritu de la economía moderna y progresista. El gobernador debiera limitar o contener estos excesos en el uso del poder político que solamente acarrearán más angustias en los sectores sociales más desprotegidos impulsando la injusticia social, todo a la inversa de lo prometido.
Doctor Eduardo De Loredo