Hace 60 años, Heinrich Himmler, el jefe de la policía nazi, publicó el "Decreto Auschwitz" que puso en marcha la fase final del exterminio de los gitanos: medio millón de ellos murieron durante la guerra, a menudo víctimas de experimentos médicos. El 16 de diciembre de 1942, el jefe de la Gestapo y del cuerpo de élite SS dispuso la deportación de los gitanos al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. La operación era realizada ya desde 1940 en Polonia y, desde su llegada al poder, los nazis habían creado campos de concentración para los gitanos fuera de las ciudades.
En febrero de 1943, 23 mil gitanos de varios países fueron enviados a Auschwitz. "Era la fase final de la destrucción total del pueblo gitano", dijo Romani Rose, presidente del Consejo Central de Gitanos de Alemania, la principal asociación gitana del país.
Rose señaló que "puede compararse esta decisión a la conferencia de Wannsee", el 20 de enero de 1942, en la que se decidió el Holocausto de los judíos.
Los historiadores estiman que a fines de 1943 habían muerto ya la mayoría de los gitanos de Auschwitz. Los últimos perecieron la noche del 2 de agosto de 1944. El número de gitanos muertos en el campo de exterminio del sur de Polonia sobrepasó ampliamente los 23 mil, dado que "algunos pasaban directamente a las cámaras de gas", indicó Rose y agregó que "algunos niños eran tan pequeños que el número de matrícula era marcado en el muslo y no en el brazo, pues éste era demasiado chico".
Los gitanos fueron objeto de experimentos médicos llevados a cabo por el médico nazi Josef Mengele, que probaba con ellos vacunas contra el paludismo y experimentaba con los hermanos gemelos.
Según las estimaciones, 500 mil gitanos, entre ellos decenas de miles de niños, fueron asesinados por los nazis. Al menos 60 mil de ellos procedían de Alemania y de Austria, los otros eran originarios principalmente de Europa del Este y de los Balcanes.
"No hay en Alemania hoy una sola familia gitana que no haya perdido uno de los suyos durante la guerra", afirmó Rose, quien participará pasado mañana en una conmemoración en el campo de concentración de Sachsenhausen, al norte de Berlín.
A los "útiles" los esterilizaban
Algunos gitanos considerados útiles fueron enrolados en el ejército o empleados en la industria de armamento, después de haber sido esterilizados. Otros fueron utilizados como extras por la cineasta Leni Riefenstahl para su película "Tiefland" (1942). Riefenstahl habría seleccionado en 1940 unos 120 gitanos de los campos nazis de Marzahn, cerca de Berlín, y de Maxglahn, cerca de Salzburgo (Austria), que fueron devueltos a los campos al terminar el rodaje.
Los gitanos tuvieron un sombrío destino en Alemania ya antes de la llegada al poder de los nazis. En 1871, el gobierno les prohibió ejercer ciertas profesiones y una policía especial fue creada en Baviera para vigilarlos. A partir de 1927, las autoridades prusianas censaban a los gitanos registrando sus huellas dactilares. (AFP)