Militares abordaron a la fuerza ayer un buque petrolero en un intento por romper con un paro general contra el presidente Hugo Chávez, quien se aferró a su posición de no renunciar ni convocar a elecciones anticipadas pese a la presión externa y local. Unos 30 oficiales armados y una tripulación de relevo, algunos de origen indio, tomaron el control del tanquero Pilín León, fondeado con 44 millones de litros de gasolina desde hace más de una semana en el occidental Lago de Maracaibo como apoyo al paro. El jefe de la Capitanía de Puertos de Maracaibo, Saúl Pérez, dijo que el "violento" abordaje fue por tropas de la Guardia Nacional y el Ejército comandadas por el almirante Freddy Bustillos en la tarde, luego que en la madrugada fallaron en un intento por imponer una nueva tripulación. El Instituto Nacional de Espacios Acuáticos, al que está adscrito la Capitanía, no está de acuerdo con el abordaje porque viola normas internacionales "y esto va a traer consecuencias", agregó. El gobierno advirtió que la acción podría repetirse con otros buques de unos 40 que se encuentran fondeados en las aguas venezolanas desde hace una semana, paralizando los despachos del quinto exportador mundial de crudos. Chávez sigue esforzándose por recuperar el control de las actividades de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que comenzó a importar gasolina para evitar un desabastecimiento doméstico y declaró estado de "fuerza mayor" con sus clientes internacionales por la paralización de las exportaciones. El paro se ha tornado en una batalla entre el gobierno y la oposición para controlar la vital industria petrolera, que suministra el 80 por ciento de los ingresos por exportación de la nación sudamericana. Antes de la huelga, Venezuela exportaba 2,7 millones de barriles por día de crudo y derivados. El capitán César Vicente del tanquero Moruy, que también permanece fondeado en el Lago de Maracaibo -desde donde se extrae casi la mitad de la producción petrolera del país- relató que los militares arrestaron e incomunicaron al capitán del Pilín León y a su tripulación. (Reuters)
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