Caracas. - La oposición venezolana pronosticó ayer que vendrán "días duros" en el país, tras la programación de la tercera semana de un paro general contra el gobierno de Hugo Chávez. "Vienen días más duros en la confrontación porque está cerca el fin del régimen y el régimen se resiste a morir", advirtió en rueda de prensa el vocero opositor, Enrique Naime al presentar las acciones de calle programadas en apoyo a la huelga.
El paro, que comenzó el 2 de diciembre, ha golpeado con fuerza a la vital industria petrolera, pero Chávez sigue aferrado a su posición de no renunciar pese a que gobiernos extranjeros le han pedido que convoque elecciones anticipadas como salida a la crisis.
En el décimo cuarto día de paro, el dirigente llamó a la población a asumir una "fase superior" de la protesta, considerando que los próximos días serán cruciales para el éxito de la lucha civil contra el gobierno.
La oposición de mostró satisfecha por la exitosa movilización en la víspera de cientos de miles de venezolanos en Caracas, pidiendo la pronta salida de Chávez del poder. Para Naime esa movilización "fue simplemente el abreboca de lo que será la Gran Toma de Caracas", que se prepara para estos días.
La Toma de Caracas espera ser la marcha más espectacular de América latina y aspira culminar en el presidencial Palacio de Miraflores en Caracas, según líderes de la oposición.
Similitud con Argentina
La alianza opositora Coordinadora Democrática exhortó a los venezolanos a mantener la lucha dentro de las vías cívica y democrática. El portavoz de turno de la Coordinadora, el economista Agustín Berrios, declaró que la huelga general contra Chávez entrará en su tercera semana, la cual será "crucial porque se acerca el final de un gobierno que se niega a morir". En ese sentido, recordó que en Argentina el gobierno del presidente Fernando de la Rúa cayó en diciembre pasado, en medio de una masiva protesta popular.
"Vamos ahora a etapas superiores de la confrontación cívica, con una lucha siempre cívica y democrática. El pueblo se enfrenta a un régimen que está aterrado y a una camarilla que quiere gobernar sobre los escombros del país", sostuvo en una conferencia de prensa. Además agregó que el gobierno intenta quebrar la resistencia de la industria petrolera, que está plegada a la huelga, utilizando la fuerza militar para abordar a los buques petroleros y contratando técnicos extranjeros.
Agregó que la oposición hace un gran esfuerzo por encontrar una salida electoral a la crisis y subrayó que el gobierno, ante la negativa a aceptar una consulta que es inevitable, utiliza la violencia contra el pueblo. "Hacemos un llamado a la Fuerza Armada para que no obedezca órdenes criminales contra el pueblo. Los soldados no deben volver sus fusiles contra el pueblo", indicó Berrios.
El portavoz de la oposición informó que para los próximos días están programadas marchas y concentraciones en Caracas y otras ciudades, incluyendo una "gran paralización" de la capital.
Ironías de un país petrolero
Por otra parte, Venezuela, quinto exportador mundial de crudo, deberá importar gasolina debido a la huelga que paralizó la industria petrolera. Sin embargo, en los últimos días logró exportar dos millones de barriles de petróleo, confirmó ayer el presidente Hugo Chávez. "He dado instrucciones a PDVSA (la empresa estatal petrolera) para que comencemos a importar gasolina", dijo el mandatario en su programa dominical Aló Presidente. "Me informaron que dos barcos llenos gasolina vienen desde las islas Vírgenes, cruzando el Caribe", agregó. En cuanto a las exportaciones, el mandatario informó que en los últimos tres días cuatro barcos se han llevados dos millones de barriles de crudo en total y seguirán saliendo.
El jefe de Estado detalló que debido al "cuello de botella" que los huelguistas montaron, Venezuela almacenó ocho millones de barriles de petróleo acumulados en sus depósitos. Chávez explicó que esa cantidad de crudo almacenado es más de lo que produce Rusia en un día y un tercio de lo que produce la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) diariamente.
El mandatario sostuvo que el apoyo ofrecido por la Opep no es sólo simbólico y que la medida es para asistir temporalmente a PDVSA cuando fuese necesario enviar hidrocarburos a sus clientes. Venezuela exporta diariamente 2,5 millones de barriles de petróleo, y casi el 70% de sus ventas están dirigidas a EEUU. El mandatario venezolano calificó a PDVSA -que tiene un valor de 130.000 millones de dólares- como un estado dentro del Estado. "PDVSA volverá a ser de los venezolanos", destacó. Añadió que la economía resistirá el embate opositor de los "traidores a la patria" porque "tenemos 15.000 millones de dólares de reservas internacionales". (AFP y DPA)
La Ciudad
