Las autoridades colombianas permanecían ayer en estado de máxima alerta ante la ofensiva desatada el viernes por las Farc, que dejó un legislador y otras treinta personas heridas, al tiempo que redoblaron la vigilancia en los puntos estratégicos de la ciudad. Una fuerza de élite antiterrorista empezó a operar ayer en Bogotá en el marco de las nuevas medidas que adoptó el gobierno para neutralizar la ofensiva rebelde, entre las cuales se incluyen el pago de millonarias recompensas y restricciones a la movilización dentro de la ciudad. El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, anunció la creación de una "fuerza de tarea permanente para Bogotá" para contrarrestar la oleada terrorista que afecta a la capital, así como la adopción de extremas medidas de seguridad. "Hemos creado una estructura de apoyo, que es una «fuerza de tarea permanente» con todas las instituciones que ya están trabajando", afirmó el mandatario. Asimismo, el presidente le solicitó a los bogotanos cooperar con las fuerzas armadas a través del suministro de información que impida la realización de nuevos atentados. El nuevo comando de élite para Bogotá estará integrado por miembros de la policía, el ejército y la fiscalía, quienes se encargarán de prevenir los ataques dinamiteros, realizar allanamientos y capturar a sospechosos dentro de la capital. (DPA)
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