La situación del sistema financiero y el estado de las cuentas públicas serán los temas centrales que abordará la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que llega hoy a la Argentina.
Para el organismo, el principal problema del circuito bancario es la salida de fondos por vía de los amparos judiciales, que a su consideración impide formular un programa monetario que controle la inflación. Por otro lado, el FMI pretende conocer cómo impactó en las cuentas fiscales la rebaja del 2% en el IVA dispuesta por el gobierno el mes pasado. También se analizará la demora en la implementación de los ajustes en las tarifas de los servicios públicos.
La delegación -que hoy podría reunirse con Lavagna- estará encabezada por John Dodworth, el segundo dentro del Departamento para el Hemisferio Occidental, que dirige, Anoop Singh, y según se informó trabajará en esta ciudad hasta pasado mañana.
También integran el grupo, John Thornton, Alberto Ramos, Guillermo Zocali (representante argentino en el FMI) y miembros de los equipos técnicos que llevan la negociación desde el inicio.
En Economía destacaron que la misión es "de alta capacidad negociadora" y aunque reconocieron que no tiene facultad para cerrar el acuerdo puede "armar una propuesta".
No obstante, Lavagna optó por la prudencia y dejó entrever la posibilidad de que sólo se trate de una nueva misión que sólo se remita a recoger información.
El jefe del Palacio de Hacienda recibirá a los delegados internacionales con un nuevo default con el Banco Mundial, pues hoy el país debería pagarle 250 millones de dólares, que en su condición de garante la entidad abonó el mes pasado a tenedores de bonos de deuda argentina.
Acuerdo de cortesía
Sólo 24 horas antes del arribo de la delegación, el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, solicitó ayer al FMI cerrar un "acuerdo de cortesía" para permitir las negociaciones por separado con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De esta manera, "se podría conseguir un acuerdo por separado", situación que hoy se encuentra impedida por la propia normativa vigente en los organismos internacionales, surgidos a partir del Concordato de Washington.