Rodolfo Ruggeri es uno de los miembros más nuevos del taller. Empezó hace 9 meses y cree que le falta todo, "hasta empezar". Llegó de Coronda hace 14 meses, y en la Unidad Nº 3 se convirtió en titiritero, empezó a trabajar en grupos de prevención de sida y a escribir poemas. También terminó 8º año, después de haberlo repetido seis veces cuando estaba afuera y era el 1º de la escuela secundaria. El día que le propusieron participar del taller dijo que no le interesaba, pero después lo llamaron sin decirle para qué "con una trampita", cuenta, y se quedó. "Son tres horas semanales que te hacen olvidar que estás preso". A Ruggeri le quedan pocos meses para cumplir su condena y desde hace dos domingos tiene permiso para salir del penal. "Esta vez tuve la suerte de separarme dos días antes de caer detenido", cuenta. -¿Y cuál es la suerte? -Que la otra vez estuve 3 años pensando y pensando todo el tiempo en ella. Ella no está en sus poemas. "Sería como traerla y acordarme. ¿Para qué?". Tampoco quiere saber nada con otras chicas hasta quedar libre, en pocos meses. "Tengo que conocer gente nueva para no caer de nuevo de vacaciones acá. No da."
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