Paola Irurtia / La Capital
Buscaron en las palabras una salida, una esperanza, un momento de encuentro. Lo buscaron en su sentido simbólico, como metáfora. Pero el miércoles lo obtuvieron en realidad. Los detenidos que pasaron por el taller de poesía de la Unidad Nº3 presentaron el trabajo de dos años en la sala repleta del teatro Lavardén. Y fueron cada uno, con sus nombres, sus sueños y algunos de sus logros producidos en el lugar que anhelan ver más lejos: la cárcel. Los poemas del taller que coordina Susana Valenti fueron editados con esfuerzo compartido por la editorial Juglaría, del poeta rosarino Reynaldo Uribe. El título, estrictamente elegido por los participantes del taller en reconocimiento a la profesora, fue "Entre la oscuridad y la valentí-a". El nombre de los poetas encabeza sus obras. Hernán Bozzo, de 33 años; Guillermo Grassi, de 44; Vicente Grosso, Rubén Saúl Kuperman, de 52; Sergio Oscar Miranda, de 26; Fabián Muñoz, de 31; Antonio Jacinto Romero, de 47; Gustavo Rubén Saavedra, de 33; Héctor Abel Vázquez, de 65; Delfín David Zacarías, de 37; Jorge Alberto Zapata, de 59. Una serie de poemas grabados comenzó la presentación del libro mientras los autores esperaban nerviosos, detrás del telón, su salida al escenario. Después de agradecimientos a las autoridades de todas las reparticiones provinciales que hicieron posible el trabajo y su exposición, Valenti presentó a cada uno de los poetas con su nombre, su formación académica, sus familiares y sus proyectos más o menos lejanos. Kuperman quiere poder responderle a la vida si le pregunta qué anda haciendo. Zapata, casarse. Romero quiere retomar una vida normal. Ariel González quiere disfrutar de su familia y trabajar con niños. Sergio Villar y Mauricio López anhelan una vida familiar que les permita disfrutar, estudiar y trabajar. Terminar los estudios que empezaron es la meta de Grassi, Muñoz, Saavedra y Zacarías. Vázquez quiere trabajar por la justicia social y en defensa de los niños pobres. Bozzo y Miguel Mansilla se proyectan ser libres. Como otros afuera, Rodolfo Ruggeri ve lugar a sus esperanzas en otro país. Los ausentes, por traslados, cuestiones procesales o por estar en libertad, también tuvieron su reconocimiento. Las obras también hablan de los sueños y a veces, desde los motivos que los impiden. Están presentes el encierro y los carceleros, la resistencia a situaciones difíciles, las emociones contenidas, el recuerdo de la luna que no pueden ver o la ventana que no está. Otros trabajos abordan la noción del tiempo de encierro. "Hoy conozco otro tiempo/ éste salta de visita en visita/ éste es ochocientos veintisiete azulejos de baño/ cincuenta y nueve gotas que pierde la canilla/ en un minuto/ éste es un tiempo lejos/ lejos hasta del tiempo" (fragmento de Poema Cuántico, de Bozzo). El amor y la pasión, como otros caminos de fuga. "Te amo como una transgresión escandalosa/ A través de todas las pieles, de todas las bocas" (fragmento de Satélite negro, de Vicente Grosso). Y una vida que dura muy poco, o se termina antes de que llegue la muerte. Del lado de los aplausos, decenas de niños, hijos y nietos, hicieron coro junto a madres, esposas e hijas a sus familiares que leían emocionados frente al micrófono. Uno a uno los poetas coronaron su lectura con un buscado beso de apoyo, reconocimiento y afecto de la coordinadora. Los nervios por la presentación fueron fluyendo con la lectura y dejaron para el final la emoción más grande: el reencuentro con las personas que forman parte de la vida que sueñan.
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