Silene Ramírez
Caracas. - Los dibujos animados, las novelas, los deportes y los anuncios comerciales fueron sustituidos desde hace 13 días en las pantallas de televisión públicas y privadas de Venezuela por un bombardeo de información en contra y a favor de un paro general contra el presidente Hugo Chávez. En los medios, la mayoría controlados por opositores, se libra la batalla verbal de la crisis de Venezuela, polarizada social y políticamente y sumida desde hace dos semanas en una huelga general con la que la oposición busca presionar al presidente para que renuncie. Representantes de algunos medios privados de televisión justificaron el haber cambiado su programación habitual argumentando que quieren dar cabida a informaciones que hagan "reflexionar" sobre la violenta crisis política que vive el país. También muchos comerciales y especiales de variedades desaparecieron de las ondas de algunas emisoras de radios y de las páginas de buena parte de la prensa escrita desde el comienzo de la huelga, el más reciente capítulo de un largo enfrentamiento entre chavistas y antichavistas. Chávez no ha cedido ante las demandas de sus enemigos y ha calificado la actuación de los medios privados de "terrorismo mediático" y de haber ayudado en su breve derrocamiento en abril. "Un solo concepto nos mueve: defender la democracia", dijo Víctor Ferreres, presidente de Venevisión, que ha dejado de transmitir 7.200 comerciales y de percibir por ellos entre 15 y 20 millones de dólares. Para Venevisión, parte del gigante de los medios de Latinoamérica, el Grupo Cisneros, "ese monto es poco si logramos motivar, transmitir el sentido de urgencia y de crisis que el país está viviendo en este momento", explicó Ferreres en conferencia de prensa con corresponsales extranjeros. El pasado lunes en la noche miles de adeptos al mandatario, furiosos porque consideran que muchos medios tienen un claro sesgo opositor, asediaron y atacaron algunos del principales canales privados de televisión rodeando simultáneamente sus distintas sedes y destrozando, en algunos casos, equipos e instalaciones. El gobierno dijo que sus seguidores fueron a defender a Chávez, quien ha confrontado duramente con los dueños de televisoras, periódicos y emisoras de radio y ha puesto a los medios del Estado a contrarrestar la "basura" que transmiten "los medios golpistas". El canal de televisión del Estado, Venezolana de Televisión (VTV), también cambió su programación habitual de deportes, entretenimiento y novelas y ha dirigido su programación a hacer entrevistas, principalmente a representantes del oficialismo, y a transmitir las manifestaciones chavistas. Los jefes de VTV también han denunciado que el canal ha sido atacado por grupos de la oposición y sostienen que sus periodistas son agredidos cuando van a las manifestaciones de los enemigos de Chávez. En la inusual conversación con los corresponsales, los representantes de los medios reiteraron sus duras críticas a la prensa extranjera por considerar que no describen la realidad del país. Como ejemplo de ello afirmaron que las manifestaciones chavistas del lunes habían sido calificadas por la prensa extranjera como pacíficas, cuando representantes de los medios identificados como opositores habían sido asediados y algunos de sus equipos dañados. Muchas radios también acusaron a los corresponsales extranjeros de tergiversar la realidad a favor del gobierno. La situación de la prensa venezolana ha sido evaluada por distintos organismos internacionales. El secretario general de la OEA, César Gaviria, dijo el lunes -tras el asedio a los medios- que podría estar en peligro la libertad de expresión en el país. Chávez dice que cree en la libertad de expresión y puntualiza que ningún periodista ha sido encarcelado por lo que escribe y que ningún medio ha sido clausurado. Los trabajadores de los medios han sido víctimas de agresiones. Un fotógrafo de un diario local estuvo entre las 17 personas muertas cuando hombres armados abrieron fuego contra una marcha opositora el 11 de abril, que dio paso al fugaz golpe militar contra el presidente. Desde entonces, otros periodistas y corresponsales extranjeros han sido heridos en distintas manifestaciones. Las máscaras antigases y los chalecos antibalas ahora forman parte del equipo de un reportero, conjuntamente con sus grabadores, cámaras y libretas. (Reuters)
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