Año CXXXVI
 Nº 49.694
Rosario,
domingo  15 de
diciembre de 2002
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Una año sin Alianza. apuntó a Duhalde por la caída de De la Rúa
Para Baylac el PJ corrió al gobierno
El ex vocero presidencial recordó las últimas y convulsionadas horas de la inconclusa administración

Javier Felcaro / La Capital

A un año de la violenta caída de Fernando de la Rúa, el ex vocero Juan Pablo Baylac está seguro de que no existió un complot contra la administración aliancista. "La conspiración exige clandestinidad, y no la hubo. Sí un deseo ferviente de correr el gobierno de parte de sectores del PJ", afirmó el actual diputado nacional, quien sustentó su teoría con una lista de supuestos instigadores, entre ellos el hoy presidente Eduardo Duhalde.
Consultado por La Capital, Baylac trató de desgranar las razones de la debacle. Si bien admitió "factores intrínsecos" del gobierno, porque "la coalición no existió", consideró a la renuncia del vicepresidente Carlos Chacho Alvarez como el "punto de ignición" que terminó con la explosión social del 20 de diciembre de 2001. "El Ejecutivo no tenía como problema los requerimientos individuales de la dirigencia, y unos y otros no estuvieron a la altura de las circunstancias", agregó, aludiendo al vínculo roto con el Frepaso.
Tras ironizar sobre el reciente libro de Alvarez ("Sin excusas"), "¿con excusas?, porque trata de justificar su decisión de abandonar un gobierno que lo necesitaba", enfatizó que esta deserción "debilitó notablemente" a De la Rúa.
Sin embargo, el "segundo hito" lo produjo el desembarco de Domingo Cavallo en Economía. "Creyó que tenía la llave para sacarnos de la convertibilidad, pero la manoseó y no se animó a correrla o a corregirla", sintetizó Baylac.
Otro factor lo constituyó la oposición y su decisión, sobre fines de 2001, de sepultar las concesiones. "La conspiración exige clandestinidad, y la verdad es que no la hubo. Sí existió un deseo ferviente, expuesto a viva voz por parte de sectores del PJ, de correr al gobierno y asumir el poder", acusó Baylac.
Pero el hombre que se encargó de repartir en la Casa Rosada las copias de la renuncia de De la Rúa, mientras la Capital Federal y otros puntos del país ardían, fue más allá: "Duhalde, Luis Barrionuevo, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota, Hugo Moyano, Rodolfo Daer y Luis Piumato son muchos de los que hoy tienen un comportamiento distinto al que ostentaron frente a la Alianza".
Hubo un momento exacto en el que el gobierno asumió que la cosa no daba para más: el 14 de octubre. Ese fue el día D, ya que -según Baylac- el PJ "había decidido ir por el poder". Como prueba, recordó que 24 horas después de las elecciones proliferaron las encuestas televisivas acerca de si el presidente debía irse o no.
Fue entonces cuando el legislador señaló a Duhalde: "48 horas después del triunfo en las urnas dijo que si el presidente no cambiaba, había que cambiar al presidente. También aparecieron las expresiones del ruckaufismo, pidiendo el adelantamiento de las elecciones".
El ex vocero echó mano al libro El Golpe SA, de Guillermo Arisó y Gabriel Jacobo, y leyó un diálogo que se reproduce en el comienzo del primer capítulo: "«O el presidente cambia, o hay que cambiar al presidente», dijo Duhalde frente a sus íntimos, como ensayando la frase antes de repetirla en público. Fue en la noche del 14 octubre. A su lado estaba Ruckauf. «Tenemos que hacer algo para que este muchacho gobierne o deje de hacerlo», dijo el (por entonces) gobernador de Buenos Aires sobre De la Rúa, en el mismo estilo de ensayo retórico".
"Después comenzó la puja por la presidencia provisional del Senado y la derogación de leyes clave", arremetió Baylac, quien reconoció que "pese a que la sociedad no estaba conforme con el gobierno es necesario reflexionar si eso justificó que la oposición corriese al gobierno de la historia".
La influencia de entorno integrado por Sushis, hijos y amigos fue el eterno imán de las críticas. Si bien Baylac se escudó en su breve estadía en la Rosada para chicanear una definición, admitió que el ex mandatario "tenía convicciones propias que lo hacían escuchar determinadas referencias, porque había situaciones que no deseaba protagonizar" ¿Cuáles? "La devaluación, lo que lo llevó a consultar a quienes tenían ideas vinculadas a cómo evitarla. Pero el frente de los devaluadores era muy poderoso", ejemplificó.
Las horas que precedieron la desesperada partida de De la Rúa en el helicóptero presidencial incluyeron un último pedido de auxilio desde el gobierno, que pareció potenciar broncas tanto en el PJ como en la UCR.
"De la Rúa concluyó con esa posición luego de que varios sectores de ambas fuerzas le hicieran esa propuesta", rememoró el diputado, quien también indicó que el alfonsinismo buscó más la caída de Cavallo que la del ex presidente, aunque "tal vez no se visualizó que uno iba a terminar arrastrando a otro".
"Cavallo, como muchos otros, se incorporó creyendo que los problemas eran por impericia e inacción presidencial, y que con su impronta iba a resolverlos. Pero la crisis fue más grave y sería", evaluó.
También subrayó que el 19 de diciembre, a las 19, De la Rúa le había pedido la renuncia a todo el gabinete. Y que, a las 11 del día siguiente, les iba a ofrecer a los gobernadores del PJ sumarse a su equipo.
La confusión también marcó la partida de Cavallo. Baylac aclaró que el ex superministro "había renunciado, pero él no pudo entender que el tema apareciera en los medios". Entonces reveló que se discutió la conveniencia o no de blanquear la dimisión de los funcionarios en el último mensaje en cadena de De la Rúa. "Si al final los gobernadores del PJ no concurrían, no había ni presidente ni gabinete", precisó.
Otro rumor deslizó que muchos funcionarios optaron por abrirse cuando el descenlace ya era irreversible. Para Baylac "no es que se borraron sino que, en realidad, tampoco estuvieron antes; tenían una relación de amistad pero no actuaron políticamente". Y apuntó al ex ministro de Salud Héctor Lombardo, quien "creó más despelote que soluciones".
Luego desmintió que en pleno caos haya primado la idea de amordazar a la prensa: "No se puede tapar el sol con una mano. Además, los medios ya habían hecho el daño suficiente para no poder resolver lo que se avecinaba".
El ex secretario de Comunicación mantiene contactos, sobre todo telefónicos, con De la Rúa. Dice que el ex presidente "no está bien espiritualmente, como todos los argentinos", aunque arriesga cuáles serían las respuestas que silencioso hombre autoexiliado en una quinta de la zona de Villa Rosa (en Pilar) les sigue debiendo a los ciudadanos.
"A algunos les diría «perdónenme» y a otros «no pude o no tuve la fuerza suficiente para resolver la crisis». Pero también polemizaría con otros", sentenció Baylac.



Baylac señaló a Ruckauf por el fin de De la Rúa.
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